Lo mejor frente a este caso, es mostrarse lo más serena posible y no enojarte con el pequeño. Si le das demasiada importancia a su llanto, es probable que tu hijo llegue a la conclusión de que necesita llorar para captar tu atención. Tampoco debes ceder a sus pretensiones por que haga pucheros.
Eso solo servirá para afianzar su creencia de que las lágrimas son un recurso válido para conseguir lo que desea. Ignora su llanto siempre que creas que es exagerado (pero no cuando de verdad precise consuelo); y cuando llore sin motivo deberás decirle que sólo hablarás con ella una vez que se haya calmado, y deje de llorar.,
Asegúrate también de que le prestas suficiente atención, eso es imprescindible para que te puedas quedar tranquila y intentar modificar su actitud; es importante que el niño/a, se sienta querido y atendido y aprenda que “mamá se ocupa de mí, sin necesidad de ponerme a llorar”.
