Aproximadamente la mitad de los niños presentan un soplo cardíaco al nacer. Como es normal, los padres se asustan mucho cuando el médico les comunica que el bebé tiene un soplo en el corazón, pero en la mayoría de los casos son inofensivos. Son conocidos como soplos funcionales. Se suele creer que un soplo obedece a una enfermedad grave del corazón, sin embargo a los soplos infantiles se les llama soplos inocentes pues no repercuten en la salud del niño y pueden aparecer y desaparecer a lo largo de la infancia.
El soplo en el corazón es un ruido muy peculiar que se detecta cuando el médico ausculta al niño con el estetoscopio. Se asemeja al ruido que se produce cuando hay una pérdida de aire, de ahí el nombre de soplo. El ruido de la sangre fluyendo por el corazón del niño se asemeja al sonido del agua cuando fluye a través de una manguera, sólo que en el caso de los pequeños, al tener su corazón más cerca de las paredes torácicas, se puede oír más fácilmente. La causa que produce un soplo en el corazón no se conoce a ciencia cierta.
Es una anomalía del corazón no patológica y suele desaparecer por sí sola a medida que el niño crece. Si a partir de un soplo en el corazón del bebé el médico sospecha de algún problema cardiaco que pudiera ser grave, derivará al niño a un cardiólogo pediátrico quien seguramente pedirá pruebas para confirmar el diagnóstico.