4 formas diferentes para practicar el colecho

El colecho, o la práctica de compartir la cama con el bebé durante la noche, es un fenómeno que ha ido cobrando cada vez más relevancia en los últimos años. Esta práctica, que ha existido desde tiempos inmemoriales en diferentes culturas alrededor del mundo, ha sido objeto de estudio de diversos especialistas en pediatría y psicología infantil que han demostrado sus múltiples beneficios, siempre y cuando se realice de forma segura, utilizando para ello los productos para tu bebé adecuados. Pero, ¿qué es realmente el colecho y cuáles son las diferentes formas de practicarlo? Veamos a continuación.

¿Qué es el colecho?

El colecho es una práctica que implica compartir la superficie del sueño con el bebé, ya sea en la misma cama o manteniéndolo en una cercanía inmediata. Los defensores del colecho sostienen que esta práctica puede facilitar la lactancia materna y ayudar a los bebés a regular mejor sus patrones de sueño. Además, el contacto cercano con los padres puede tener beneficios emocionales para el bebé, fortaleciendo el vínculo entre padres e hijos. Sin embargo, también es crucial entender que el colecho debe hacerse de forma segura para prevenir riesgos como la asfixia del menor.

Formas para realizar el colecho con nuestro bebé

Existen varias formas de practicar el colecho y cada una tiene sus propias características. A continuación, presentaremos algunas de las más comunes.

Colecho en la misma cama

Esta es la forma más tradicional de practicar el colecho y se refiere a la práctica de compartir la misma cama con el bebé. Sin embargo, es necesario tomar ciertas precauciones para garantizar la seguridad del bebé. Por ejemplo, los padres deben asegurarse de que la cama es lo suficientemente grande para acomodar a todos sin apretujamientos, que no haya almohadas o mantas sueltas que puedan asfixiar al bebé y que el bebé duerma en su propio espacio sin la posibilidad de ser aplastado o caerse de la cama.

Colecho con cuna adjunta

En esta modalidad, se usa una cuna especialmente diseñada para adjuntarse a la cama de los padres. Este tipo de cuna tiene una baranda abatible que se puede bajar para permitir un acceso más fácil al bebé durante la noche. Este método permite a los padres y al bebé compartir un espacio cercano durante la noche mientras se mantiene al bebé en un entorno de sueño separado y seguro.

Colchón en el suelo para el niño

En este método, el bebé dormiría en un colchó en el suelo, próximo a la cama de matrimonio. Cuando el bebé se despierte para comer, la madre se cambiaría al colchón para amamantarlo, pudiendo quedarse dormida junto con su bebé, o bien volverse a cambiar a su cama.

Colecho en la misma habitación

Esta forma de colecho implica tener al bebé durmiendo en la misma habitación que los padres, pero en una cuna separada. Aunque esta práctica no permite el mismo nivel de contacto físico que las otras formas de colecho, tiene la ventaja de mantener al bebé cerca para facilitar la alimentación y el cuidado nocturno, y al mismo tiempo proporciona un entorno de sueño seguro.

Es importante recordar que el colecho no es la opción adecuada para todas las familias. Cada familia es única y lo que funciona para una puede no funcionar para otra. Antes de tomar la decisión de practicar el colecho, es fundamental que los padres investiguen y consideren cuidadosamente sus propias necesidades y circunstancias, así como las recomendaciones de los profesionales de la salud. Sin importar el método que se elija, la seguridad debe ser siempre la principal prioridad al practicar el colecho. Es imprescindible asegurarse de que el bebé tenga un lugar seguro para dormir, libre de peligros de asfixia o caídas.

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