Cambiar el pañal al bebé será una de las tareas que más veces tendrás que repetir durante los primeros años de su vida. Y aunque al principio te pueda parecer complicado, créeme, llegarás a dominar la técnica. En cualquier caso, aquí tienes algunos consejos para hacerlo bien desde el principio. ¡Toma nota!
Una de las primeras cosas que aprenden los papás primerizos es a cambiar el pañal del bebé. Aunque nunca hayas tenido que cambiar a un recién nacido, en unos cuantos días habrás aprendido a hacerlo perfectamente y, con un poco más de tiempo, serás toda una experta en la materia. Por si acaso, aquí van algunas recomendaciones prácticas para hacerlo correctamente desde el primer cambio.
Puede parecer un cuidado menor, cotidiano y poco importante, pero cambiar el pañal correctamente a un bebé es decisivo ya que su piel es muy delicada y podría irritarse si no se hace bien o con la suficiente frecuencia. De hecho, seguramente la zona se irritará de vez en cuando, por lo que conviene saber cómo actuar llegado el caso.
Cambiar el pañal a menudo para prevenir la irritación
Alejar la piel del bebé de la humedad es la mejor forma de evitar que la zona se irrite. Por eso hay que tener claro que un cambio frecuente del pañal nos ayudará a prevenir escoceduras. Hemos de estar pendientes para cambiárselo cada vez que hace pis o caca. En este sentido, cada bebé es un mundo. Hay lactantes que harán una deposición con cada toma y otros que pueden hacer una cada dos o tres días.
También conviene utilizar pañales capaces de mantener el culito del bebé lo más seco posible, que absorban rápidamente el pis y las heces y los alejen de su delicada piel.
El lugar más adecuado
A la hora de cambiar el pañal al bebé conviene disponer de un lugar adecuado para hacerlo con comodidad. Es decir, un cambiador. Será uno de los elementos casi imprescindibles que necesitarás tener en casa, aunque no tengas demasiado sitio en la habitación. Aunque te parezca que puedes cambiar al bebé sobre una cama, por ejemplo, tener un cambiador te evitará muchos dolores de espalda. ¡No sabes con cuánta frecuencia necesitará tu bebé que le cambies! Además, hay cambiadores plegables que no ocupan apenas espacio cuando no se utilizan.
Una vez tengas dispuesto el lugar donde vas a cambiar al bebé, procura tener a mano todas las cosas que vas a necesitar: los pañales limpios, las toallitas, la crema del culito, etc. Si te falta algo en mitad de la tarea, tendrás que hacer malabares para coger al niño a medio cambiar y buscar lo que necesitas. Por supuesto, nunca le dejes solo en el cambiador o la cama aunque sea un bebé de pocos días y te parezca que no se moverá. Podría sufrir un accidente doméstico.
Cómo limpiar a los niños y a las niñas
Una vez tengas todo preparado y a mano, ya puedes quitarle la ropita al bebé y retirar el pañal sucio. Después levántale las piernas y límpiale con las toallitas. Lo mejor es utilizar unas específicas para pieles sensibles, sobre todo durante las primeras semanas. Hay quien opina que es mucho mejor limpiar el culito del bebé con agua y jabón, en lugar de las toallitas húmedas. En mi opinión, las toallitas, por su comodidad de uso, facilitan mucho la vida de los padres (algo importante en los primeros días con un recién nacido en casa) y no creo que sean perjudiciales para la piel del bebé.
En cuanto a la limpieza del culito, aquí llega una de las cosas más importantes a tener en cuenta. En función de si tu bebé es niño o niña, tendrás que limpiarle de una manera diferente. En el caso de los niños la cosa no es tan importante. Has de limpiar el culito y después el pene y los testículos, cuidando de que la zona quede bien limpia y no queden restos entre los pliegues de la piel.
Si el bebé es una niña la forma correcta de limpiar su culito es de delante hacia atrás, para evitar posibles infecciones.
Una vez el culete esté bien limpito, aplica un poco de crema específica en las ingles y el ano, sin pasarse de cantidad. En el caso de las niñas no conviene poner crema en la vagina.
Colocar el pañal limpio
El último paso es colocar el pañal limpio al bebé, poniendo la parte posterior debajo del culito y levantando la parte frontal. Ya solo queda ajustar las cintas adhesivas que llevan en los laterales. El pañal tiene que quedar bien sujeto, pero sin que le apriete. Si crees que se lo has ajustado demasiado, levántalas y pégalas de nuevo. En seguida comprobarás que los pañales del siglo XXI son prácticos y fáciles de poner, y antes de que te des cuenta podrás cambiar los pañales a tu bebé con los ojos cerrados. ¡Seguro!