Cuando le damos de comer a nuestro hijo, sobre todo si es pecho, no calculamos lo que ha comido. Además, tampoco queremos obligarlo a que coma un poco más; una vez que se cansa, nos retiramos. Si nos paramos a pensar, ésto podría no ser suficiente para su alimentación y podía estar quedándose con hambre. Para saber si su alimentación es suficiente debemos comprobar el tiempo que duerme entre toma y toma, que deberá oscilar entre dos y tres horas. Cuando el bebé vaya creciendo esto variará y tendrá un horario más regular. Aunque aguantara más, no es conveniente espaciar las tomas más de cuatro horas. Si veis que el bebé necesita comer cada hora o cada hora y media, es que no le estamos dando de comer suficiente.
Lo mejor es alimentarlo cuando él tenga hambre y te lo pida, llorando, ya que esa es su forma. Tampoco se recomienda obligarle a que coma un poquito más, al menos, no cuando son bebés. Para saber si nuestro niño tiene hambre podemos averiguarlo de varias maneras: durante el primer mes, lo más destacado que hará será llorar, flexionar los brazos y las manos y se meterá el puño en la boca. Pasado el mes, tu bebè moverá la cabeza hacia tu voz y abrirá los labios, sacará la lengua, moverá las manos en todas direcciones y se meterá el puño en la boca. Seguidamente, si aún no le estás dando de comer comenzará a llorar para que sepas que sigue teniendo hambre.
En definitiva, al principio, sobre todo si sois padres primerizos, os contará un poco más descifrar el habla del bebé, pero una vez paséis los primeros meses con él/ella, todo irá sobre ruedas.