Los padres que tienen más de un hijo se maravillan al ver tantas personalidades. Uno de los hijos puede ser tranquilo e introvertido mientras que el otro es nervioso y muy extrovertido. Todos desarollan personalidades diferentes aunque reciban la misma educación de los padres.
Aunque no se tiene mucha información sobre los genes que influyen en la personalidad humana, al parecer las diferencias del entorno no explican los diversos tipos de carácter que observamos entre hermanos. Para algunos, la idea de que los genes pueden controlar algo tan sutil y complejo como la personalidad humana es arriesgada e improbable. Sin embargo, pasan por alto el impato a largo plazo de ciertas diferencias de caracter.
La tendencia de evolución básica es nuestra especie que nos hace juguetones, e intenta que esta alegria dure haste la vida adulta. Es precisamente esta característica la que nos hace tan curiosos, exploradores e imaginativos. Y es nuestra curiosidad la que nos hace únicos como especie. Algunos niños son extrovertidos y se arriesgan; otros son más introvertidos y evitan cualquier daño, entre estos extremos hay una gran variedad de casos.
Los padres también influyen en el desarrollo de la personalidad del bebé, aunque no sea su intención. Si un bebé es tranquilo y no muestra interés por lo nuevo, es posible que el padre se pase la mayor parte del tiempo intentando estimular una emoción.Si lo hace con amabilidad, ayudará a crear un ser adulto más equilibrado. Si por el contrario, lo hace por la fuerza, puede crear un individuo ansioso y estresado. Si son unos padres muy protectores que se preocupan por todos los peligros que le rodean al niño éste puede ser hiperactivo y mostrar interés por todo lo que le rodea.
Los dos primeros años de vida son cruciables para formar una personalidad que le acompañara siempre.