Consejos para detectar y afrontar la depresión postparto

Tras nueve meses de embarazo, de expectativas y de temores, llega por fin el tan ansiado nacimiento de nuestro hijo. Cuando ocurre esta situación, hay ocasiones en las que la madre en vez de sentir que ha cumplido un sueño y estar alegre, comienza a dar síntomas de decaimiento, tristeza y sentir una gran dificultad para establecer un vínculo con el bebé. Todo ello bajo un continuo llano y distanciamiento del entorno.

Cuando todo esto ocurre, lo más probable es que se trate de síntomas de depresión postparto, una problema que afecta a cuatro de cada diez mujeres en nuestro país. Según comenta la psicóloga Pilar Conde, se trata de un cuadro clínico que suele tratarse de un episodio temporal y que suele mejorar con el tratamiento correspondiente, aunque siempre está el riesgo de empeorar en trastornos más graves que puedan precisar una intervención psicológica y psiquiátrica mayor. En situaciones graves, se puede dar el caso de que la madre quiera hacer daño al bebé.

La detección de ambos supuestos, el de una depresión postparto leve y el de otra más aguda y de peores consecuencias, es la vía para evitar que madre y niño pasen a encontrarse en una situación de riesgo físico y psicológico.

Son diversos los aspectos que pueden confluir, explica la directora técnica de Clínicas Origen, en la aparición de este problema. De un lado, la tendencia a los estados depresivos a nivel neuroquímico, los cambios hormonales propios del postparto, y, a nivel de personalidad de la gestante, las dificultades para adaptarse a los cambios y los problemas de regulación emocional.

Por supuesto, que los embarazos con riesgo de pérdida o de problemas de salud del feto son factores a tener en cuenta por el estrés sostenido durante el embarazo, pero también lo son la falta de recursos económicos, el aislamiento social , la dificultad laboral o la falta de entendimiento de la pareja.Todo influye, hasta que la mujer sea muy exigente y no se permita ningún fallo en la crianza y cuidado de su hijo, advierte Conde, quien deja los siguientes consejos para la pareja y otras personas convivientes:

  • Acompañar a la madre  que reciba la ayuda sanitaria pertinente.
  • Servirle de apoyo para disminuir el estrés que le pueda estar generando las demandas del bebé y para que pueda tener tiempo para cuidarse e ir mejorando el estado de ánimo.
  • Escucharle y , en ningún caso, recriminarle en relación a sus emociones y conductas.
  • Cambiar las verbalizaciones  hacia ella tipo  “No te entiendo, deberías de estar feliz, ser madre es lo mejor…” por otras en la línea de  “ Soy consciente del sufrimiento que sientes y no pasa nada porque sientas esas emociones ahora, te encuentra en una depresión post parto, y eso te hace experimentar la situación de esa manera. Céntrate en ir recuperándote y poco a poco verás como las emociones van cambiando, pero al ritmo que toque, no te presiones. Aunque no lo parezca, esto va a ser temporal” 

No se trata sólo de apoyar y ofrecer ayuda, sino de preguntar cómo podemos hacerlo. Es importante que la madre deje atrás o despeje esa idea de que lo está haciendo mal, de que no cumple con algunos posibles estándares sociales relacionados con la maternidad. Por último, y vital para la madre, el bebé y toda la familia: acudir a profesionales de la salud mental para reaccionar cuanto antes, y prevenir agravación de síntomas.

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