El verano es una época complicada para las mujeres embarazadas ya que el calor les provoca incomodidad. Estando embarazada tiendes a tener dificultades durante el verano. Por una parte, el verano es deseado para poder coger vacaciones en el trabajo, ir a la playa y a la piscina, coger color en la piel… Sin embargo, muchos son los contras de vivir el verano en el embarazo. Estando embarazada, una mujer corren más riesgo de experimentar agotamiento y malestar debido a su condición.
Cuando estemos en casa debemos estar fresquitas vestidas y tener la casa ventilada. Además, cuando apriete el calor deberás utilizar aire acondicionado o un ventilador. Debes llevar un abanico siempre en el bolso por si te encuentras decaída cuando estás fuera de casa y necesitas algo de aire. También se aconseja que lleves una botellita pequeña de agua fría en el bolso por si te sintieras sofocada y acalorada, que pudieras beber. Cuando salgas de casa, para hacer recados por ejemplo o para pasear, hazlo o por la mañana temprano o por la tarde-noche para que no pases tanta calor. No se recomienda que salgas cuando las horas de calor son más fuertes, es decir, entre las 12:00 y las 16:00.
No olvidarse de beber mucha agua o líquidos y colocarse protector solar sobre la piel antes de salir a la calle, además de usar sombrero o gorros. Las comidas deben tener poca sal y prefiere las ensaladas o alimentos fríos, con más razón si estás embarazada. Comienzas el día con una ducha de agua tibia. También debes aumentar el consumo de frutas y verduras y prescindes de las comidas muy condimentadas.