Es normal, sobre todo durante los primeros meses, que la mujer embarazada pase por momentos de náuseas y vómitos constantes. Sin embargo, conforme va trascurriendo su embarazo, la cosa mejora, al menos en este aspecto. Sin embargo, las náuseas extremas pueden derivar en Hiperémesis gravídica. Los síntomas inician cerca de la cuarta semana de gestación. Y al igual que las náuseas comunes, pueden mejorar después del tercer mes de embarazo. Hay mujeres que necesitan ser hospitalizadas por este caso.
La hiperémesis gravídica pone en riesgo tu salud debido a deshidratación y malnutrición. Uno de los principales riesgos del trastorno es la deshidratación, ya que puede ser difícil mantener suficientes líquidos en el organismo. Es poco probable que la enfermedad cause daños al bebé. Sin embargo, existe el riesgo de que si la madre experimenta una pérdida significativa de peso durante el embarazo, el bebé nazca con bajo peso o requerir un parto prematuro.
El tratamiento para estas mujeres puede ser diverso. Desde tomar comidas pequeñas y frecuentes y el consumo de alimentos secos, como galletas; se recomienda beber mucho líquido; tomar vitamina B6 ya que disminuye las náuseas a comienzos del embarazo. La medicación para prevenir las náuseas está reservada para los casos en que el vómito es persistente y tan profuso que presenta un riesgo potencial para usted y el feto. Esto lo tratará cada médico a su mujer embarazada. Los médicos suelen utilizar enfoques conservadores a la hora de dar fármacos a mujeres embarazadas y los reservan para casos en que tu salud o la del bebé están en riesgo. Si te encuentras ante un caso de hiperémesis gravídica, acude a tu médico.