Cuidar la espalda durante el embarazo

Aquella mujer que durante el embarazo no sufra de molestias o dolor en la espalda, que levante la mano. Es una de las molestias más frecuentes y es una de las partes de tu cuerpo que más debes cuidar.

Una buena alimentación, ejercicio y una correcta higiene postural, son las claves para reducir los problemas de espalda.

Las hormonas liberadas durante el embarazo provocan una relajación de todo el tejido, de los ligamentos y de las uniones entre cartílagos. De esta forma la cadera se abre ligeramente (lo que es favorable para el parto). Por efecto del incremento de peso del bebé a medida que avanza su desarrollo, y del aumento de las mamas, el centro de gravedad del cuerpo se desplaza cada vez más para mantener el equilibrio estando de pie.

Sobre todo las mujeres, que intentan equilibrar el peso de la barriga con sus músculos, tienden a posturas inadecuadas como curvar la espalda hacia atrás lo que denominamos hiperlordosis. La acupuntura, la acupresión, tratamiento con shiatsu o masajes pueden aliviar las dolencias además de mantener una higiene postural . Si padeces de dolor duradero, deberías hablar sin falta con tu matrona o tu ginecólogo.

A continuación te proponemos algunos remedios caseros:
•Deja que te den un masaje en los hombros y la espalda con aceite para masajes (cuidado con los masajes en la zona del hueso sacro, podrían provocar contracciones).
•En caso de ciática puede ayudar un masaje.
•Un calentador, un baño o una ducha caliente para la mayoría de las mujeres tiene efectos relajantes para la espalda.

A modo de prevención ten en cuenta lo siguiente:
•No cargues tu espalda: evita coger objetos pesados y estar demasiado tiempo de pie y mantén una postura derecha cuando estás sentada, andando o de pie (evita curvar demasiado la espalda y echa tu cadera un poco hacia delante). Lleva zapatos planos y de buena calidad y procura ir a menudo descalza.
•Procura mantener una postura correcta si levantas cosas: dobla las rodillas y no la espalda. Mantén una postura recta cuando estés abajo y eleva el peso manteniéndolo cerca del cuerpo.
•Si llevas peso, deberías distribuirlo de forma equilibrada en ambos lados, preferiblemente dentro de una mochila.
•También te pueden ayudar ejercicios de movimiento que puedes hacer con frecuencia, por ejemplo círculos con la cadera, mover lentamente la cabeza, los hombros, los brazos y las manos y pies.
•Es importante que el movimiento sea regular. La natación, el yoga, la gimnasia para embarazadas o la danza oriental pueden ser buenos ejercicios para practicar.
•Duerme en un colchón ni blando ni demasiado duro.
•Intenta mantenerte relajada y en paz contigo misma.
•Al dormir colócate hnadaracia un lado, preferentemente el izquierdo, metiendo una almohada debajo de la barriga y otra almohada grande o una manta enrollada entre las piernas.

Siéntate a menudo en una pelota de gimnasia, así la cadera se encontrará en un movimiento ligero constante. En caso de dolencias agudas te puedes poner a cuatro patas, curvar la espalda hacia arriba y mover los glúteos hacia la derecha y hacia la izquierda. Para recibir masajes en los hombros o en la espalda, te puedes sentar al revés (a horcajadas) en una silla y colocar un cojín en el respaldo para acomodarte.

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