Es bien sabido que dormir bien es fundamental para una buena salud para todas las personas. Pero para los niños, un sueño de calidad es aún más crucial. El sueño es especialmente importante para el crecimiento y desarrollo del cerebro de los niños.
Es difícil exagerar la importancia de un sueño reparador en la vida de los niños, ya que afecta a su bienestar físico, mental y emocional. Pero dormir bien suele ser más fácil decirlo que hacerlo, como descubren rápidamente muchos padres y cuidadores.
Los expertos opinan que los niños en su mayoría no duermen lo suficiente, y no ayuda mucho el que los adultos no le demos prioridad al sueño para nosotros mismos o para nuestros hijos.
Recordemos que pasamos casi un tercio de la vida durmiendo y hay una razón para ello, fundamentalmente lo necesitamos para poder sobrevivir. Sin embargo, la sociedad y más en los tiempos actuales no estamos bien preparados para dormir el tiempo necesario.
Por qué dormir bien es importante para el cerebro de los niños
El sueño es un periodo de recuperación y consolidación tanto para el cuerpo como para el cerebro. El cuerpo se recupera del esfuerzo físico y el sistema inmunitario recibe un estímulo muy necesario. Durante el sueño, el cerebro tiene la oportunidad de procesar la información y consolidar los recuerdos. Sin un sueño reparador suficiente, el desarrollo cognitivo de los niños puede verse afectado negativamente.
Las hormonas desempeñan un papel importante en el crecimiento y desarrollo del cerebro. El cortisol, la hormona del estrés, se produce en mayor cantidad cuando el cuerpo está estresado. Un exceso de cortisol puede tener efectos negativos en el desarrollo del cerebro. Dormir bien puede ayudar a regular los niveles de cortisol en los niños, y también puede ayudar a regular su estado de ánimo.
Dormir bien también puede ayudar a regular la producción de grelina y leptina, dos hormonas que pueden afectar al aumento de peso. Los estudios han demostrado que los niños que descansan bien toman mejores decisiones nutricionales y tienen menos probabilidades de padecer sobrepeso.
¿Cuánto duermen los niños?
Las necesidades de sueño de los niños cambian con el tiempo. Los lactantes son los que más sueño necesitan en comparación con otros grupos de edad, ya que necesitan una media de unas 16 horas de sueño al día.
Entre el año y los dos años, los niños siguen necesitando una media de 14-15 horas de sueño.
Al llegar a la edad preescolar, los niños necesitan unas 12-13 horas de sueño, que disminuyen gradualmente a medida que crecen. Los niños de 6 a 12 años necesitan dormir entre 9 y 12 horas, mientras que los adolescentes necesitan dormir una media de 8 a 12 horas.
El sueño también afecta al aprendizaje y a la memoria. Los estudios han demostrado que dormir lo suficiente puede ayudar a los niños a recordar mejor lo que aprenden en la escuela. La falta de sueño puede provocar falta de atención y dificultades de concentración.
Cómo ayudar a que los niños puedan dormir mejor
Crear una rutina para irse a la cama puede ayudar a los niños a acostarse pronto. Una rutina puede ayudar a los niños a asociar determinadas actividades con el sueño.
La rutina de acostarse debe ser relativamente la misma todas las noches, ya que la variación en la rutina puede dificultar que el niño se duerma. Una rutina de juegos tranquilos y lectura antes de acostarse puede ayudar a relajar a los niños y dar al cuerpo la señal de que es hora de relajarse por la noche.
Limitar el tiempo de pantalla antes de acostarse es crucial. Ver la televisión o utilizar aparatos electrónicos puede hacer que el cerebro del niño se sobreestimule y tenga dificultades para conciliar el sueño. Lo mejor es evitar las actividades frente a la pantalla al menos una hora antes de acostarse.
También es importante que los padres o cuidadores fijen una hora adecuada para irse a la cama y sean coherentes a la hora de hacerla cumplir. La actividad física regular durante el día puede ayudar a los niños a cansarse lo suficiente para conciliar el sueño a la hora de acostarse.
Una dieta sana con mucha fruta, verdura y cereales integrales también puede ayudar a regular los niveles de energía a lo largo del día, lo que puede ayudar a preparar a los niños para un sueño reparador.
Palabras finales…
Dormir bien es tan importante como una buena alimentación y el ejercicio regular para la salud óptima de los niños. Desempeña un papel esencial en el crecimiento físico y el desarrollo del cuerpo, así como en el funcionamiento saludable del cerebro.
Es importante que los padres y cuidadores fijen una hora adecuada para acostarse y puedan hacerlo de esa manera todas las noches para formar el hábito. Además, una actividad física regular y una dieta sana también pueden ayudar a preparar a los niños para un sueño reparador.
Los padres deberían tratar de ser un modelo a seguir de buenos hábitos de sueño. Es decir, priorizar el sueño en la vida, no quedarse despierto mirando la televisión o trabajando hasta altas horas de la madrugada. Es mucho más efectivo el ejemplo a seguir para que los niños puedan aprender de él.
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