El estrabismo

El estrabismo es una anormalidad en el paralelismo de los dos ojos del niño. Se produce cuando hay una desviación en el enfoque de la mirada, de forma que los ojos parecen que van cada uno por su lado o convergen hacia el centro. Pero cuando los niños son muy pequeños, no enfocar correctamente, no siempre indica que estamos ante un caso de estrabismo.

Este defecto del paralelismo de los ojos produce en el niño, en algunos casos, visión doble, o bien una visión borrosa.

Algunos bebés recién nacidos mueven de manera independiente cada ojo durante las primeras semanas de vida. Es lo que se conoce como estrabojosismo funcional y se corrige por sí sólo a partir de los 4 ó 6 primeros meses de vida. Es aconsejable que lleves al niño al oftalmólogo si el estrabismo no desaparece después de los seis meses o aparece después de los 4 meses de vida.

En el estrabismo funcional del recién nacido es transitorio y se debe a una inmadurez del nervio óptico. Cuando el estrabismo es temporal, los ojos convergen hacia el interior o giran hacia afuera, pero nunca van de arriba a abajo o viceversa. En cualquier caso, consulta siempre con el especialista, si tu hijo tuerce los ojos.

El tratamiento

Colocar un parche en el ojo normal para que obligue al ojo afectado a esforzarse más o la cirugía puede mejorar este problema de visión, que no es únicamente un problema estético.
•Corrección óptica, gafas, oclusiones con parches, cristales especiales, ejercicios musculares, … todo ello encaminado a intentar recuperar la visión del ojo vago y mejorar la acción de los músculos.
•Cuando el tratamiento médico no es suficiente y los ojos persisten “desviados” se debe recurrir al tratamiento quirúrgico, fortaleciendo o debilitando los músculos del ojo. La cirugía se puede hacer sobre varios músculos del ojo, de uno sólo o de los dos; y podrá efectuarse a veces sin tener que recurrir al ingreso y la anestesia general. Tu oftalmólogo te indicará qué proceso tienes que seguir.

Es muy importante saber que el estrabismo no es únicamente un problema estético y que si no se diagnostica de forma rápida y no se trata correctamente, puede dar lugar a lo que se conoce como “ojo vago”: el niño ve mal con el ojo desviado y comienza a suprimir la visión de ese ojo, utilizando sólo el ojo sano que le permite una visión clara. De esta forma se produce una pérdida progresiva de la visión del ojo desviado.

Recuerda, ante cualquier duda, consulta a tu pediatra.

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