Al contemplar el rostro del recién nacido entre los brazos de su madre, debemos saber que dependiendo de la educación que le demos a nuestro hijo tendrá un futuro determinado, es decir, influirá el resto de su vida. Si el niño ha tenido una infancia llena de cariño y mimos, será un adulto feliz; mientras que si no se le ha hecho mucho caso al niño, tendrá un futuro difícil en las relaciones sociales. Los dos primeros años de vida son formativos y fundamentales para el futuro de nuestros hijos. Esta época debería ser la más idílica; desde alimentarse entre los brazos de la mamá, explorar un mundo lleno de emociones, etc.
Cada bebé debería tener la oportunidad de disfrutar en la infancia de una época satisfactoria y estimulante para él/ella. El futuro de nuestros niños descansa en manos de aquellos cuyo amor asegurará la próxima generación de bebés que crecerá en un entorno que estimule el desarrollo de sus cualidades naturales. Además, aprovechamos para decir que hoy es el Día Universal del Niño, que evoca la necesidad de que la infancia debe tener el derecho a una educación, ciudado y protección independientemente del lugar del mundo en el que haya nacido. Lo cierto es que, desgraciadamente, la situación no es así. Hay muchos países en los que los niños no pueden estudiar y los mandan a trabajar desde pequeños.
Es por esto que recalcamos la importancia que, desde la familia, se cuide a los hijos ya que de nosotros dependerá su felicidad. Otros ámbitos de la vida como los servicios educativos, sanitarios, sociales… deberán tratar a los niños con respeto y con el amor que merecen.