¿Existe el instinto maternal?
Hablando de biología el instinto es lo que permite la supervivencia y la evolución de la especie, pero para algunas mujeres el instinto maternal es lo que las impulsa a tener hijos y protegerlos.
Para otras no es un instinto, sino más bien una elección, un deseo que se relaciona con el tipo de relación que haya tenido en la infancia con sus padres, entre otros factores.
Las madres tienen un vínculo muy fuerte con sus hijos. Los aman de manera incondicional y realmente harían cualquier cosa por ellos.
La sociedad asume que todas las mujeres, con suficiente exposición a sus bebés, sentirán la misma sensación de amor infinito y desinteresado. Se cree que estamos programados biológicamente de esta manera. Pero la verdad es mucho más complicada.
Es difícil para cualquier mujer escapar de la expectativa de ser madre. Es un mito que impregna todas las culturas y todas las religiones, es considerado el estado más natural de la feminidad.
Es tan poderosa es esta idea del instinto maternal, que se cree que no es exclusivo de los humanos. Solo mira cómo otras madres animales se aferran con fuerza a sus recién nacidos.
¿El instinto maternal es un mito?
Según los expertos dicen que el instinto maternal es en gran parte un mito.
Según los expertos ese instinto maternal es un sexto sentido en la conexión con el hijo, proviene de un intenso amor, de pasar horas con el niño y pensar en él, existe gran conexión emocional. Pero no es una comprensión instintiva de la maternidad y no se limita sólo a las madres.
Otros expertos están de acuerdo en que muchos aspectos del instinto maternal son un mito, y la intuición o el sentido innato de una madre sobre las necesidades del bebé pueden atribuirse a sus experiencias como ser, su temperamento y estilo de apego.
Los cuidados del niño que se aprenden mediante la observación o las experiencias como ser: amamantarlo, cambiar pañales, bañarlo, no son necesariamente habilidades biológicas innatas, explican.
Esas habilidades se aprenden a medida que los padres se conectan y se vinculan con los bebés. Además, se desarrollan a través de la crianza con la práctica y la experiencia.
Aunque en gran parte este proceso puede ser inconsciente, no significa que sea instintivo.
Estudios realizados sobre el instinto maternal
Al convertirse en padre la química de tu cerebro cambia, pero según las investigaciones no sólo le sucede a la persona que da a luz.
Investigaciones realizadas muestran que los padres adoptivos también experimentan niveles elevados de oxitocina, serotonina y dopamina, durante la transmisión a la paternidad. Esas hormonas crean y refuerzan los lazos afectivos, brindando capacidad de sentir amor que es capaz de contagiar a quienes nos rodean.
Otro estudio descubrió que los hombres y las mujeres tienen la misma habilidad para identificar los llantos de los bebés, esto apoya la idea de que el instinto maternal es un mito.
Algunas cifras interesantes
El instinto maternal no es un interruptor que exista en todas las mujeres, listo para ser activado tan pronto como hueles a un bebé. Las relaciones entre madres e hijos suelen ser mucho más complejas de lo que el mito nos hace creer.
Muchas mujeres no quieren tener hijos en absoluto.
Algunas cifras en el transcurso de los años: el 17% de las mujeres nacidas en 1970 no tienen hijos, en comparación con el 12% de las nacidas en 1943.
Existe evidencia científica que sugiere que el instinto maternal puede incluso depender de las circunstancias de la mujer.
El instinto maternal a veces puede depender de si la madre tiene el apoyo que necesita. No somos una especie diseñada para hacer frente solos.
De hecho, somos más sociables cuando se trata de la crianza de los hijos, y a menudo reclutamos a muchas personas a nuestro alrededor para ayudar. Realmente se necesita un pueblo para criar a un niño. Sin ninguna ayuda, puede resultar tremendamente difícil.
Para finalizar…
El espectro del comportamiento humano abarca a quienes quieren tener hijos, a quienes no y a quienes aún no están listos para tenerlos.
Lo más antinatural de todo es forzar a una mujer a la maternidad con la anticipación de que biológicamente se alineará cuando llegue un bebé. Algunas mujeres necesitan sentirse madres y algunas nunca experimentan la necesidad de tener hijos.
Por el bien de las madres y los niños, debemos comenzar a separar el mito del instinto maternal de la realidad. Cada mujer debe elegir el camino que quiere seguir en su vida y nadie puede juzgarla.
Fotos: Pixabay.