El ombligo del bebé

Durante los primeros días de vida del bebé estamos pendientes de muchas cosas, que coma, que duerma bien, que esté tranquilo. Cuidar bien su piel y el ombligo es una de las preocupaciones más frecuentes en esta primera etapa.

En la primera semana después del parto todavía se ve un trocito del cordón umbilical que unía el bebé con su madre, protegido con una pinza. Este trocito de cordón, se seca y se cae sólo después de unos días y no impide que se bañe al bebé. Durante esta fase deberías tener mucho cuidado con el ombligo de tu bebé por si apareciera una infección (enrojecimiento, mal olor, hinchazón…), pero se puede manipular sin temor a que al bebe le pase algo. Para evitar la molestia del roce de la pinza sobre la tripita del bebé, pon debajo de ésta una gasa o enróllala al cordón por debajo de la pinza, también puedes doblar el pañal hacia abajo porque cuanto menos roce con el ombligo antes curará.

La Asociación española de Pediatría dice que aunque en condiciones normales puede ser suficiente con lavar con agua y jabón el cordón umbilical, es más seguro aplicar un antiséptico después. Se recomienda solución de clorhexidina al 4% o alcohol de 70 º y se desaconseja la povidona yodada y las sulfamidas. Limpia la base del ombligo con un movimiento circular alrededor del mismo. Con otra gasa estéril, limpia la parte del ombligo que lleva la pinza. Recuerda que para prevenir una infección tienes que mantener el omrecién nacidobligo limpio y seco. Habrá que proceder con la cura dos-tres veces al día y si se hubiere mojado con orina.

Cuando se cae el trozo de cordón todavía tarda dos o tres semanas hasta convertirse en un ombligo más definitivo. Después de la caída, el ombligo puede doler durante unos días. Pero si notaras un enrojecimiento, mal olor o pus, o si el ombligo todavía no se hubiera caído después de dos semanas deberías informar a tu matrona o al pediatra. También lo deberías hacer si notas un hinchazón alrededor del ombligo porque podría tratarse de una hernia umbilical.

Igual que cuidas con mimo el ombligo de tu bebé, también deberás prestar especial atención a la piel del bebé.

Durante las primeras tres semanas después del parto notarás que la piel del recién nacido se renueva. En las zonas secas del cuerpo pueden aparecer escamas que son una reacción normal por lo que no te tienes que preocupar.

Las zonas más afectadas son los pies, las palmas de las manos, el cuello y el tronco. El abdomen suele estar más seco que la espalda. Como ya mencionamos, son reacciones normales.

En el seno materno la piel del bebé tenía unas condiciones completamente diferentes que después de nacer y ahora se tiene que adaptar. Si le das el pecho puedes aplicar un poco de leche materna en las zonas secas. Así apoyarás la regeneración de la piel.

Lo mejor es aplicar una loción hidratante o una pomada de caléndula. El aceite de almendras también es bueno para tratar las zonas secas. Y recuerda, no le intentes quitar las escamas porque se caerán solas.

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