Las alteraciones y cambios físicos de una mujer embarazada durante la gestación son impresionantes. No cabe duda de que ya todos estamos acostumbrados al crecimiento de la barriga que se aprecia a simple vista, sin embargo, hay otra curiosa transformación que se da en el ombligo en las embarazadas.
El ombligo es la primera cicatriz de todo ser humano, fruto del corte del cordón umbilical que nos ligaba a nuestra madre. Una impronta que llevaremos de por vida. Una «marquita» que parecería estar señalando el centro de nuestro cuerpo. Los hay de diversas formas: hundidos, superficiales, en forma de nudo. tímidos y extrovertidos o chiquitos y más generosos.
Las transformaciones del cuerpo durante el embarazo
Las transformaciones que el cuerpo de una mujer manifiesta a lo largo de los nueve meses de gestación son infinitas. Y el ombligo, a pesar de su diminuto tamaño, no escapa a estos cambios del embarazo. Aproximadamente, en la semana 20, empieza a hacerse visible el embarazo. A partir de entonces, la panza crece a un ritmo vertiginoso y alcanza dimensiones que jamás hubieras imaginado si eres primeriza.
En el siguiente vídeo puedes ver la evolución del cuerpo de la mujer durante el embarazo teniendo en cuenta todas sus transformaciones como el aumento de pecho y los movimientos de los órganos internos que se apartan para dar espacio al feto.
Lo cierto es que, aunque el el vídeo se vea todo muy rápido, los cambios de hacen de forma paulatina durante los 9 meses. En los tres primeros meses, cuando se forman los órganos vitales del bebé, notarás pocos cambios en tu cuerpo. En el primer mes sentirás como si estuvieras sumida en un síndrome premestrual constante (cansancia, tirantez en el pecho, sensibilidad olfativa…); en el segundo mes pueden aparecer mareos y nauseas además de que notarás que el pecho ha crecido y es posible que tengas ansiedad de comer, o todo lo contrario; y en el tercer mes es posible que tengas problemas de encías y tengas que consultarlo con un médico como consecuencia de los cambios hormonales, además de comenzar a comprar ropa de premamá.
A partir del cuarto mes los cambios son más evidentes, comenzando con la tan famosa tripa de embarazada que parece cobrar vida día tras día. Los pezones aumentan su tamaño y se oscurecen además de aparecer una línea vertical en el centro del abdomen. En el quinto mes notarás más la retención de líquidos, problemas de gases y estreñimiento, aumento de sudoración y ritmo cardiaco. En el sexto mes es donde el ombligo en las embarazadas suele transformarse, notarás también sequedad en la piel por el estiramiento, los movimientos del bebé y más ganas de hacer pis pues tu vejiga estará aplastada.
Los últimos tres meses también tu cuerpo continuará transformándose. La barriga comienza a resultar prominente y pueden aparecer problemas de espalda y respiración en el séptimo mes. El octavo mes se caracteriza por dolores de espalda, acidez y extreñimiento, pudiendo aparecer hemorroides, siendo en la semana 36 cuando el feto suele colocarse en la posición de nacimiento (boca abajo) y se comienzan a sentir contracciones aisladas y dolores en el abdomen.
Por último, cuando llegamos al noveno mes, la tripa baja y necesitarás ir más a menudo a orinar, y puede surgir el «síndrome del nido» por el que te apetezca limpiar y dejarlo todo listo para la llegada del bebé. Las embarazadas primerizas notarán que la cabeza del bebé desciende y se encaja en la pelvis para el nacimiento, en caso de no ser primeriza es posible que el descenso no se produzca hasta el inicio de las contracciones.
Lo que sorprende generalmente es la capacidad que tiene la piel de acompañar este crecimiento del cuerpo. Precisamente, debido a este aumento del volumen en el abdomen y al estiramiento de la piel de esta zona, tu ombligo sufre algunas modificaciones. Y es importante tener en cuenta que no todos los ombligos se comportan de igual manera durante la gestación, al igual que no todos son iguales.
La transformación del ombligo en las embarazadas
Algunas embarazadas ven cómo, a medida que pasan los meses, su ombligo pareciera esfumarse de su barriga, debido al notable estiramiento de la piel. Muchas otras, en cambio, notan con sorpresa que su ombligo sale hacia afuera. En efecto, es notorio cómo este hoyito pasa a ser una curiosa prominencia que va cobrando mayor protagonismo a medida que la panza avanza. Pero no solo llama la atención a simple vista, sino también al tacto: se pone blando, suave y tan mullido como una almohadilla.
Como ves, no has de asustarte si tu ombligo cambia durante el embarazo ya que luego, al igual que tu piel, acabará recuperando su posición original. Eso sí, siempre es importante hidratar bien todo el cuerpo durante y después del embarazo, así como utilizar una buena crema antiestrias si quieres recuperar tu piel.