Cuando los hombres se enteran de que va a tener un hijo, por un lado, están orgullosos de convertirse en papás, pero por otro, este nuevo papel también les da miedo. No comprenden los cambios que se están produciendo en el cuerpo de su pareja y a menudo les resulta difícil adaptarse a la nueva situación. Todos los futuros papás tienen que encontrar su lugar junto a la madre y el bebé. Por otro lado, hay casos en los que el futuro padre logra un vínculo muy fuerte con su pareja, tanto que experimenta los mismos síntomas, denominado Síndrome de Couvade.
Hay casos en los que las mujeres, en las primeras semanas del embarazo, se aíslan un poco porque ellas mismas tienen que adaptarse al cambio de circunstancias. Para una mujer es un cambio emocional, físico, psíquico y de todos los aspectos. Si el hombre vive una situación un poco apartada, sólo será al principio. Aún así, debe estar al lado de ella, mimarla, quererla, abrazarla y darle muchos ánimos ya que son las hormonas están a flor de piel.
Aunque el padre no lleve el bebé dentro, no quiere decir que deba estar más aislado ya que ha sido cosa de dos, y ambos deben compartir miedos, alegrías y toda clase de sentimientos. Al papá se le recomienda que lea libros explicativos, vea videos, participe de cursos online, acompañe a su pareja en los preparativos para la llegada del bebé y, por último presencie el parto. Esto último le dará confianza y seguridad a la madre en el momento más difícil y ansiado.