El síndrome de la abuela esclava, es una enfermedad grave, que afecta a mujeres maduras sometidas a una sobrecarga física y emocional y que origina graves y progresivos desequilibrios, tanto somáticos como psíquicos. Se observa en una mujer adulta con responsabilidades directas de ama de casa, voluntariamente asumidas con agrado que, por razones educacionales y psicológicas, tiene un extraordinario sentido del orden, la responsabilidad, la dignidad y el pudor. Se hicieron abuelas sin darse cuenta estando en la plenitud de la vida, fuertes, sanas, incluso bellas. Con agrado asumen la crianza y cuidado de los nietos, como si volvieran a ser madres por segunda vez, pero con un carácter aún más placentero, gratificante y cariñoso.
Síntomas de la abuela esclava
- Hipertensión arterial de difícil control, con oscilaciones muy bruscas, aparentemente caprichosas.
- Molestias paroxísticas: sofocos, taquicardias, palpitaciones en el cuello o el tórax, dolores punzantes por el pecho, etc.
- Debilidad o decaimiento persistentes, un cansancio extremo desproporcionado respecto a sus actividades habituales actuales.
- Caídas fortuitas: las piernas no pueden sostener al cuerpo y la paciente cae al suelo, generalmente sin perder el conocimiento.
- Malestar general indefinido, disconfort. Casi nunca se sienten confortables.
- Tristeza, desánimo, falta de motivación por las cosas.
- Descontrol de padecimientos metabólicos, como la diabetes.
- Autoinculpación. Se sienten culpables de su incapacidad actual.
- Insomnio y disminución del apetito.
Este síndrome no se debe trivializar, ya que puede llegar a convertirse en una enfermedad grave, capaz de producir grandes sufrimientos y desequilibrios en las mujeres que lo padecen. En los casos más extremos llegan a pensar en el suicidio.
Imagen: martinayllon