Uno de los miedos más grandes de los padres es el de no acertar a la hora de inculcarle valores a sus hijos. Tenemos la sana intención de querer hacer unos hijos sanos, felices y equilibrados pero no sabemos cómo. El hecho de planteárselo es una forma de pensar que existe una preocupación latente por ellos. Pero,el miedo implica riesgo y además necesidad de asumir nuevos retos y responsabilidades.
La mejor forma de enseñar a tu hijo es inculcarle aquellos valores que se rijan por la honestidad y la sinceridad, que se presenten libres de prejuicios y que sean capaces de defender principios alcanzables. No es una labor única de los padres, pero si es necesario planteársela de antemano en el ambiente familiar.
De manera que:
- Hay que tener en cuenta la edad de nuestro hijo y el momento evolutivo que elegimos.
- La situación social y económica en la que se encuentre la familia.
- Es importante reflexionar sobre los puntos que consideramos primordiales para la vida cotidiana.
- Transmitir un mensaje de seguridad y autoestima que permitan al niño interiorizar los valores que quieres transmitirle.
- Incúlcale buenas ideas y sentimientos de tolerancia que le ayudarán a convivir en el respeto por los demás.
- Los padres son el espejo de las convicciones y valores donde se reflejan los hijos. Hazle protagonista de tus éxitos y aprendiz de tus errores y conviértelo en una buena persona. Recuerda que las buenas enseñanzas empiezan en la cuna.