Los niños empiezan a andar en torno a los doce meses; mes arriba, mes abajo. Pero cada niño es un mundo. Por ello es importante que sepamos respetar su ritmo, estimulando su interés y evitando aquellas actitudes que retrasan su desarrollo y sus ganas por explorar. En todo este proceso el gateo constituye una etapa fundamental.
El gateo es un momento importante en el desarrollo de tu hijo. Gracias a ello, los niños pueden desarrollar el equilibrio y la orientación espacial. Pueden comparar texturas, mirar y observar desde una posición distinta, favoreciendo así el contacto con los objetos y las personas.
Deja a tu hijo en el suelo todo lo que puedas. Cuando favoreces que tu hijo gatee, favoreces también el desarrollo de su inteligencia, de su sociabilidad, de su lenguaje y de su motricidad.
Que el gateo es una fase vital en el desarrollo global del bebé es algo que poca gente duda. Sin embargo, muchas veces, quizás sin ser conscientes de ello, ponemos barreras que hacen muy difícil, cuando no imposible, que nuestros hijos gateen.
Nuestros bebés deberían pasar el menor tiempo posible en carritos de paseo, hamacas o maxicosis. Esto debería estar limitado a cuando salimos de paseo o a unos minutos al día porque necesitemos hacer algo durante un período de tiempo breve que requiera que lo tengamos a la vista.
Los expertos en psicomotricidad aconsejan que el bebé esté colocado en una superficie con amplitud de movimiento, ya que la consecución del gateo empieza a partir de las posibilidades que nuestro hijo tenga desde el nacimiento. Es recomendable que la cuna sea amplia y que pase el mayor tiempo posible en el suelo sobre alguna superficie que le aísle del frío.
Evita llevar a tu hijo andando agarrándolo de la mano si todavía no anda solo.
Busca alternativas al parque o andador, que repercute de forma negativa sobre el desarrollo infantil. En los ‘taca-taca’ el bebé carga su peso sobre sus piernas que todavía no están fortalecidas para tal tarea, al estar semisentados no ejercita el equilibrio, la espalda no se fortalece. La Asociación Española de Pediatría (A.E.P.) desaconseja su uso, sin embargo, los famosos ‘taca-taca’ o andadores, siguen siendo uno de los primeros juguetes que los padres piden o compran para sus hijos, durante el primer año de vida.
Aunque a la mayoría de los niños les suele gustar porque logran moverse con facilidad, lo cierto es que no tiene algún efecto beneficioso sobre el aprendizaje, más bien al contrario.
La mejor manera de fomentar su autonomía es dejar que tu hijo pueda moverse a su ritmo. Normalmente los niños aprenden a gatear y a sentarse casi al mismo tiempo. Ambas habilidades se complementan y son necesarios para su desarrollo.