Son tantas las ganas que la mamá embarazada tiene de ver la carita de su bebé y tantas las sensaciones que indican que su hijo poco a poco va abriéndose camino, que con frecuencia piensan que el momento del parto va a adelantarse.
A esto hay que añadir que en torno al embarazo, el parto y la lactancia…. circulan leyendas urbanas de todo tipo. Quién no ha oído en más de una ocasión que comer tal o cual cosa es poco menos que incompatible con dar el pecho a un recién nacido.
Por no hablar de comentarios del tipo, “el tercero y trabajando, se te adelanta seguro”.
Éste comentario lo escuché una y otra vez durante el embarazo de mi hija Sara y claro, a medida que me iba sintiendo pesada, me agarraba a él como una loca. Me quedé con esta idea, que más que un pensamiento era un deseo. Un deseo que hice mío, asimilé y transmití a todos los que tenía a mi alrededor. Pero que, por su puesto, no tiene ningún fundamento.
Mamás trabajadoras que esperáis a vuestro segundo o tercer hijo…. jamás cometáis el error de pensar que os vais a evitar esa última fase en la que ya no os podéis cortar las uñas de los pies, atar los zapatos o caminar con un mínimo de dignidad y elegancia.
Recuerdo que durante el último mes del embarazo, cuando abría los ojos cada mañana lo primero que veía era el móvil parpadeando en la mesita, con el “whatsapp” de mi hermana y mi madre que querían saber “si ya”. Al llegar al trabajo el “todavía sigues aquí, hija” me acompañaba como un eco hasta que terminaba la jornada, haciendo la espera todavía más pesarosa.
Cada vez que veo a una mujer en la recta final del embarazo me acuerdo de todas estas sensaciones. Y me vienen a la mente el recibimiento de mis hijos mayores a la salida del colegio que me preguntaban cada día: “¿has tenido contracturas?”
También ellos estaban impacientes por conocer a su hermana.
Así que si esperas la llegada de tu bebé, ármate de paciencia y no cometas el error de pensar que el momento del parto va a adelantarse, porque puede suceder, pero no tiene por qué ser así.
Eso sí, a partir del séptimo mes, para tu tranquilidad y la del papá es recomendable tener preparada la bolsa que llevarás al hospital. Aquí tienes una lista para que no te olvides nada.
Nadie sabe el día exacto del parto, ni siquiera cuando tienes programada una inducción o cesárea, porque pueden producirse circunstancias que alteren lo previsto o una urgencia que te obligue a ir al hospital con rapidez. En los hospitales de la Seguridad Social se ofrece ropa de estancia y baño para la madre y bebé, con lo cual, no es necesario más que llevar las zapatillas, el bolso de aseo personal, ropa íntima, y la ropa de calle de la madre y el bebé para el regreso a casa.
Si vas a dar a luz a una clínica privada tendrás que llevar de todo:
Para el parto:
– Braguitas (mejor de algodón y amplias o desechables)
– Tarjeta de la Seguridad Social o Sociedad Privada
– Cartilla de embarazo (Informes)
– Un par de toallas
– Artículos de higiene personal
– Ropa cómoda
– Albornoz- Bata
– Zapatillas- Chanclas de ducha
– Ropa cómoda para la vuelta a casa
– Bolsa para la ropa sucia
Para después del parto:
– Sujetadores para lactancia
– Camisones( si vas a dar lactancia materna que se puedan abrir fácilmente por delante)
– Discos absorbentes para el pecho, ocasionalmente los puedes necesitar.
– Compresas de celulosa
– Libros, revistas
– ¡Cámara de fotos!
Para el bebé (para la vuelta a casa):
– Camisetas, chaquetas, pelele favorito, gorro, saco, pañales, pijamas, bodys, toquilla o arrullo
– Silla para el coche, manta
Para el acompañante:
– Ropa cómoda
– Artículos de higiene personal
– Toalla
No desesperes con la espera. Disfruta de este momento.