La fimosis y la parafimosis son causadas por un estrechamiento del prepucio (congénito o por una inflamación). En los niños con fimosis, la estrechez del prepucio impide su retracción sobre el glande. La parafimosis provoca una constricción de la corona del pene y dificulta el flujo sanguíneo, causando peligro de estrangulamiento.
Durante los 2 primeros años, la fimosis se da en el 80% de los niños. A partir de esa edad, va desapareciendo con las pequeñas erecciones nocturnas que fuerzan el anillo prepucial y con el normal reconocimiento que hace el niño en esta época de la vida. Si persiste, es necesario recurrir a un tratamiento médico con pomadas y, si no responde, recurrirá a la cirugía. De lo contrario, se corre el peligro de que surjan infecciones «a repetición» o de que el niño sufra parafimosis nuevamente.