Normalmente, la mayoría de los bebés se colocan para nacer en posición cefálica, es decir, cabeza abajo, con la barbilla apoyada sobre el pecho, las nalgas arriba y las piernas y los brazos flexionados y pegados al cuerpo. Esta posición es la más natural, pues facilita el paso del bebé por el canal de parto y también es la mejor para nacer, ya que la cabeza abre el camino al paso del cuerpo y facilita la expulsión del bebé.
Cuando el bebé está colocado en posición cefálica justo antes de nacer, el parto suele ser natural y por vía vaginal. Sin embargo, el bebé también puede adoptar otras posiciones dentro del útero, que pueden exigir el nacimiento mediante cesárea. Así, el bebé puede estar de nalgas, en posición transversal, de cara o de frente, evitando que el parto se produzca por vía vaginal.
La posición definitiva que adopta el bebé para nacer no se conocerá hasta el último momento. Aunque en las últimas semanas que preceden al parto, el ginecólogo puede visualizar la posición del bebé mediante una ecografía, siempre puede haber un cambio de planes a última hora. Incluso al comenzar las contracciones y el trabajo de parto muchos bebés que vienen de nalgas o en otra postura adoptan la posición cefálica para nacer. Por ello, hasta el último momento no se decide realmente si el bebé nacerá por vía vaginal o por cesárea.
Otras posiciones que adopta el bebé son:
– Posición cefálica con la cabeza poco flexionada: Es otra versión de la posición cefálica, donde el bebé no tiene la barbilla pegada al tórax y al mantener la cabeza poco flexionada dificulta su salida. El parto puede desarrollarse por vía vaginal, pero será más lento debido a que el cráneo presiona sobre el hueso sacro de la madre al hacer fuerza para salir y provocar dolor de espalda a la madre.
– De cara o frente. Es una posición muy poco habitual. Se trata de una versión de la posición cefálica en la que el niño está boca abajo, pero en lugar de la coronilla, es la cara o la frente la que asoma por el canal del parto. En esta posición, el bebé tiene la cabeza algo levantada dificultando la expulsión. Debido a que la cabeza no está flexionada sobre el tórax, el diámetro que ofrece es demasiado grande para atravesar los huesos de la pelvis. Una cesárea suele ser el método de elección en estos casos.
– Posición podálica o de nalgas. Es la más frecuente, dentro de las otras alternativas posibles a la posición cefálica. En este caso, las nalgas, los pies o ambos a la vez asoman por el canal del parto. Los bebés suelen adoptar esta postura cuando disponen de un cordón cordón umbilical demasiado corto, la placenta en lugar de estar en la parte alta del útero, está en la parte inferior o el útero tiene alguna malformación. En la mayoría de estos casos se suele practicar una cesárea. No obstante, si la madre ya ha dado a luz antes, su pelvis es ancha y la cabeza de su bebé pequeña, puede dar a luz por vía vaginal.
-Posición transversal. En este caso, el bebé se presenta acostado en posición horizontal o cruzado. Generalmente, es necesario recurrir a la cesárea, ya que la expulsión por vía vaginal se hace imposible. No obstante, en el momento de empezar las contracciones, estos bebés giran y suelen colocarse en posición cefálica. Por este motivo, es preferible esperar hasta el último momento antes de determinar si el parto debe realizarse por cesárea.
Imagen: blog de alimentacion infantil