Cuando nos enteramos que estamos embarazadas (sea o no buscado) nos invaden multitud de sensaciones. Saber que una persona crece dentro de nosotras, ir viendo cómo crece, sentir sus movimiento en nuestro cuerpo… son sensaciones extraordinarias. Los nueve meses de embarazo están llenos de sensaciones y emociones. Al final de la gestación, dar a luz y tener en brazos a ese nuevo ser, es todo un proceso lleno de emociones, sentimientos y sensaciones, muchas de ellas novedosas y únicas, que acompañan a la mujer.
Días llenos de expectativa, de ilusión, de miedos, de angustias, de felicidad, de incertidumbre, de tristeza, sentimientos todos que pasan por la piel, el corazón y el útero de una madre. A esto se suman una cantidad de cambios físicos que no siempre son agradables para todas las mujeres y que, aunque son pasajeros, pueden afectar su autoestima. Otras pueden asumir su cuerpo de otra forma y sentirlo como un reencuentro con su feminidad.
Muchos son los cambios emocionales y físicos que un embarazo puede traer. Dependiendo de cada mujer, algunos aparecerán y otros no. No todas experimentan todos los cambios. Algunas son más susceptibles que otras y las afectan los cambios hormonales, que son muy fuertes, el acompañamiento de la familia, si el hijo es deseado o no, la edad, sus antecedentes emocionales y, en general, el ambiente en el que se vivan los nueve meses de espera. La gestación es un tiempo de transformaciones que pueden parecerle a la mujer como si padeciera algún mal. No lo es, y muchas de estas molestias pueden ser aliviadas con remedios caseros.