Es muy normal cierto grado de regresión en las primeras semanas, que llore en vez de hablar, que vuelva a los pañales o quiera la mamadera en lugar de sus comidas. En lo posible deja que haga lo que desee pero recálcale todas las cosas que él puede hacer y su hermanito todavía no, por ser muy pequeño.
Aunque tu hijo esté muy bien preparado para el nuevo integrante de la familia, notarás una mezcla de emociones encontradas que afectarán su comportamiento. Tu dedicación hará que se diluyan los temores, y que la aceptación por parte suya sea total en poco tiempo.