Convertirse en padre es una de las alegrías más grandes del mundo – y también uno de los momentos más confusos y aterradores de la vida de cualquier persona.
Si todos los cuidados que requiere un recién nacido no fueran suficientes, a esto tenemos que añadirle todos los cambios que tendremos que hacer en el hogar familiar para que el recién llegado se sienta lo más a gusto posible. Y es que menos mal que los hijos también dan alegrías, porque la carga de trabajo que traen bajo el brazo está muy mal pagada en términos de dinero.
En este artículo vamos a ver qué cinco muebles son indispensables para el hogar cuando le damos la bienvenida al pequeño. Empezamos:
Una cuna
Aunque muchos padres primerizos piensan que lo mejor es dejar que el bebé duerma con ellos durante los primeros meses de vida, lo cierto es que esto no es solo contraproducente para el desarrollo del niño, sino que además podría resultar muy peligroso. Durante el sueño, muchas personas no son conscientes de lo que ocurre a su alrededor; dormir con un bebé al lado podría suponer un riesgo de asfixia increíblemente alto. Lo mejor es, por tanto, tener la cuna ya montada cuando el recién nacido llegue. De esta forma evitaremos la tentación de caer en lo fácil y dormir con el pequeño sus primeros días de vida.
Al contrario de lo que todo el mundo cree, montar una cuna de bebé es relativamente rápido y sencillo. Solo necesitarás un poco de paciencia y algunas herramientas, como una llave o tornillos pequeños; todas las instrucciones de montaje deberían estar detalladas en la caja en la que vengan las piezas de la cuna.
Un moisés
Otro clásico pero que a menudo es pasado por alto por padres primerizos. El moisés, para quien no lo sepa, es una especie de minicuna que se puede mover fácilmente entre habitaciones. Es mucho más pequeño que la cuna, así que el bebé se sentirá mucho más acogido. Además, podremos moverlo durante el día mientras vamos cambiando de habitación, de forma que el pequeño podrá disfrutar de la comodidad de una camita en cualquier parte de la casa.
Otra ventaja de los moisés es que la mayoría apenas requiere de ningún tipo de montaje – simplemente metemos el pequeño colchón en la ‘cesta’ y ya estaría montado. Algunos traen soporte, en cuyo caso tendríamos que mirar las instrucciones para asegurarnos de montarlo de forma correcta.
La trona
La gran aliada de las comidas, la trona es esa especie de banqueta alta en la que sentamos a los bebés para que coman sin riesgo de tirarse al suelo.
Este mueble es muy importante para cuando el bebé se canse de estar tumbado – cosa que pasará muy a menudo – y lo tengamos que poner en postura vertical. Por supuesto, no podremos usarla mientras el bebé aun sea muy pequeño (lo normal es empezar a sentarlo en ella a los 6 meses de edad), pero es buena idea tenerla ya en casa para cuando llegue el momento de sacarle partido.
Un cambiador
Los bebés son impredecibles, y sin duda hay veces que los habrá que cambiar en cualquier sitio y de cualquier manera (gracias al cielo por los baños públicos con cambiadores).
Sin embargo, en casa es mejor tener siempre montado un cambiador a una altura cómoda para hacer este momento lo más ameno posible. Lo importante es recordar que jamás se debe dejar al bebé solo en el cambiador, pues este no suele tener medidas de seguridad para que el pequeño no se caiga.
Una silla mecedora
Este mueble es para los padres más que para el bebé, pero lo cierto es que tener una silla mecedora en casa puede hacerte la vida radicalmente más sencilla. El movimiento de la silla ayudará a que los pequeños duerman mucho más rápido, y nos ahorrará frustraciones en las largas noches de los primeros meses de vida de los peques.