La vida emocional del bebé cambia radicalmente en su segundo cumpleaños. Ahora es mucho más confiado, además de extrovertido, y espera que sus deseos sean primordiales. Una forma de expresar su independencia es mediante desafíos. A veces, los padres se sorprenden de ver cómo su obediente hijo entra en una nueva etapa. El bebé descubre enseguida que pronunciar la palabra «no» tiene un impacto fascinante. Esta palabra provoca una reacción en los padres. Es una especie de interacción, además de una novedad emocional y al bebé le encanta jugar con ella, poniendo a prueba a sus padres para ver hasta dónde pueden llegar.
Los niños son muy inteligentes y a veces un poco testarudos, pero pueden responder de forma positiva a ciertos trucos de los padres. La táctica de la doble elección es estupenda para estos casos. Los padres, en vez de pedir algo sencillo, ofrecen una serie de alternativas. De este modo, en vez de decir ¡cómete la papilla! le decimos, ¿prefieres papilla o puré? así, el niño deberá escoger alguna y elegir y la palabra ninguna, no está dentro de una posible respuesta. La segunda estrategia se denomina, la cuenta atrás, en la que el niño tiene que tomar una decisión antes de que el padre termine de contar hasta (10 o 15 segundos, lo que queramos). El bebé lo percibe como un juego por lo que el niño suele obedecer, además de divertirse.
Hay veces en el que el juego no debemos sustituirlo por el mandato. Si el niño está a punto de hacer algo peligroso, debemos ordenarle que deje de hacerlo, aunque se enfade. Debemos decirle que eso no puede hacerlo y explicarle por qué, y esto hay que decirlo enserio. Así, el niño reaccionará de manera adecuada.