Durante el embarazo y sobre todo, cuando ya se acerca el momento del parto una de las decisiones que deberás tomar es si deseas que te pongan anestesia epidural o no. Y para tomar una decisión de la manera más acertada, no hay nada como tener buena información.
Como tantas cosas tiene efectos secundarios, aunque si se administra bien, lo más frecuente es que no los haya. Y en este caso, en un momento, de cansancio y dolor intenso, supone todo un alivio.
La anestesia epidural es una de las mejores alternativas para aliviar el dolor en el proceso del parto. En nuestro país es gratuita, sin embargo bastantes mujeres deciden renunciar a ella y otras tantas futuras mamás no lo tienen del todo claro a la hora de decidir si quieren solicitarla o no.
Es una técnica en la que, mediante una punción en la zona lumbar en la mayoría de los casos, se consigue anestesiar la parte inferior del cuerpo, incluido el abdomen. A la hora de optar por este tipo de anestesia, debes tener en cuenta que tiene efectos secundarios.
Posibles efectos secundarios de la epidural:
•Puede prolongar el proceso de parto: La epidural provoca que la parturienta adopte una postura menos activa durante el parto. Al no percibir las contracciones con la misma intensidad, ni sentir la parte inferior del cuerpo, no tiene la necesidad de empujar y por lo tanto, no podrá colaborar de la misma forma. La anestesia debilita las contracciones, por lo que el parto se ralentiza.
•Incrementa las posibilidades de un parto asistido. El hecho de que el uso de epidural reste capacidad de empujar a la mujer y provoque que el parto se dilate, puede hacer necesaria la utilización de fórceps o ventosa.
•Bajada transitoria de la presión.
•Dolor de cabeza. Si al inyectar la anestesia en la espina dorsal la aguja profundiza mucho es probable que aparezcan cefaleas y/o vértigos durante los días posteriores. No suelen durar más de 3 o 4 días. También se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer fiebre durante el parto.
•Prurito: Es común la aparición de prurito o picazón.
•Sensación de calambres en las piernas. La epidural puede desencadenar calambres o causar sensación de descargas eléctricas en las extremidades inferiores. Este malestar desaparecerá en unas horas.
•Náuseas: También se ha detectado una mayor incidencia de náuseas, mareos y vómitos.
•Dolores lumbares: Es probable sentir molestias en la zona de la espalda donde se ha colocado el catéter de la anestesia. Es un dolor temporal que remitirá en poco tiempo.
•Fracaso de la epidural: El espacio donde se debe inyectar es pequeño, por lo que la aplicación del producto anestésico requiere de mucha precisión. Puede ocurrir que, si la parturiente no colabora adecuadamente, no sea posible pinchar en la zona exacta y la anestesia no cumpla su función. Igualmente, a pesar de haber sido administrada correctamente, puede no surtir el efecto deseado. O bien, puede fracasar parcialmente y que solo quede insensibilizada una parte del cuerpo y la otra no.
Respecto a la epidural también ha habido algunos mitos que conviene desmontar. Hace tiempo era habitual asociar el dolor de espalda crónico con el uso de la anestesia epidural durante el parto. Pero diversos estudios han demostrado que el responsable de esta dolencia es el propio embarazo y no la epidural.
Otro de los falsos efectos secundarios, sin fundamento alguno, es el de la incompatibilidad con la lactancia materna. Se creía, erróneamente, que la anestesia afectaba a la capacidad para dar de mamar.
En el caso de los partos naturales en que la decisión sea epidural o nada, piensa con calma la respuesta, ahora que ya conoces los posibles efectos.
La anestesia epidural se lleva aplicando con éxito en cirugía más de setenta años. Es una técnica de anestesia utilizada para las intervenciones de abdomen y extremidades.
Este tipo de anestesia ha adquirido cierta relevancia por su papel paliativo del dolor en el parto, aunque a la hora de tomar la decisión de aplicarla, se ha de tener en cuenta que tiene efectos secundarios.