Cuando el bebe nace sus músculos son muy débiles y se van desarrollando a medida que sus días de vida van avanzando, los músculos mas frágiles de los pequeños son los que conforman el cuello. Estos deben fortalecerse para que el bebe pueda aprender a sentarse y con el debido tiempo a gatear.
El bebé nace con poca capacidad muscular; sin embargo cuando cumple los seis meses aproximados, el niño ya tiene un gran control de los músculos. Como se puede comprobar cuando el bebé va cumpliendo los cuatro, cinco, seis meses… se puede ver su fuerza de las piernas y los brazos. El bebé, al nacer, tiene todas las fibras musculares pero hasta que no va creciendo estas fibras no se desarrollan. Al igual que un adulto, el bebé tiene tres tipos de músculos; los músculos estriados o voluntarios, los músculos lisos y los músculos cardíacos.
Respecto a los músculos del primer tipo, los estriados, son los encargados de controlar el movimiento de las extremidades, el cuello y el rostro. Conforme va creciendo el niño, el control de estos músculos se hacen más precisos. Por otro lado tenemos los músculos lisos que son involuntarios, es decir que el bebé no puede controlarlos. Estos músculos se encargan de controlar el recorrido de la comida por el cuerpo. También controlan las glándulas salivales. Por último, respecto a los músculos cardíacos, controlan el miedo, ira o ansiedad, aceleran el ritmo cardíaco según sus sentimientos.
Los músculos que hemos descrito anteriormente, trabajan en parejas. En los recién nacidos, este sistema aún es débil pero conforme va creciendo esto cobra más fuerza e irán trabajando en parejas como pasa con las personas adulta.