Conforme trascurra el embarazo, tus zapatos deberás dejarlos de lado y abrir paso a unos más cómodos y con más número. Los pies no solo se hinchan durante el embarazo. También crecen a lo largo. Desde el primer trimestre del embarazo hasta las 19 semanas siguientes al parto crece el pie de la mujer. Además, después del parto ese aumento de talla no suele remitir. Ese crecimiento suele estar en torno a los 2 y 10 mm, o, lo que es lo mismo, entre medio número y un número más de pie.
En el embarazo, cuando se acumula demasiado líquido en los tejidos y tenemos cierto grado de hinchazón, se recomienda remojar los pies en agua fría y tenerlos siempres en alto, para aminorar la hinchazón. También se aconseja no caminar descalza durante el embarazo para no forzar el arco plantar. Y como tampoco es cuestión de torturarse ante lo inevitable, pedirle al zapatero que dé un poco de sí los zapatos favoritos de la paciente. Además, citar que este crecimiento permanente es más evidente en mujeres que esperan a su primer hijo, ya que en los siguientes embarazos como el pie ya ha crecido no suele hacerlo aún más.
Durante la gestación trata de comprar algunos pares de zapatos cómodos y espaciosos para usar durante el embarazo, pero considera que tal vez necesitarás más, una vez que la hinchazón desaparezca y la talla de tus zapatos se estabilice, aproximadamente un mes después del parto.