Mabuelas, ¿son los cincuenta los nuevos 40 en maternidad?

En el ámbito de la salud y el envejecimiento, se suele decir que los 50 de ahora son los 40 de antaño. Vivimos más años y lo hacemos en mejores condiciones, lo cual ha popularizado conceptos como viejóvenes y sexalescentes.

La fertilidad no es una excepción a esta tendencia, con figuras como Robert de Niro y Al Pacino convirtiéndose en padres en sus setenta y ochenta años respectivamente. A este fenómeno se le ha dado el nombre de «pabuelos».

En el caso de las mujeres, el camino no es tan simple. O, al menos, aún no lo es, porque los progresos en la reproducción asistida están normalizando la maternidad a los 50 y más allá, algo que antes era inimaginable.

Isabel Vielsa, directora médica de Clínicas Eva, precisa que aunque no es lo común, sí es una posibilidad a tener en cuenta dependiendo de las circunstancias individuales de cada mujer. Aunque la legislación no establece una edad específica, las clínicas de fertilidad suelen realizar tratamientos hasta los 50 años y, en ocasiones, incluso hasta los 52 años, siempre que no haya otros factores de riesgo aparte de la edad.

La razón de estos cambios en los parámetros médicos se debe en gran parte al embarazo con óvulos de donante. Pasados los 40, la posibilidad de lograr un embarazo y llevarlo a término se reduce a menos del 10%, debido a que la cantidad y la calidad de los óvulos disminuyen. Sin embargo, al usar óvulos de donante, estos problemas desaparecen, eliminando también los límites de edad, según esta ginecóloga.

El obstáculo para ser mamá a los 55 y a los 60 y más, como se ha visto en algunos casos mediáticos, es sólo el estado orgánico de la madre. El embarazo —explica la doctora Vielsa— es un estado de sobrecarga para el organismo y a más edad se regulan peor los cambios. Pueden aparecer entonces problemas de hipertensión, preclampsia, diabetes, partos difíciles y también prematuros. Para el bebé, la maternidad a los 50 y más no supone un riesgo per sí, ahora bien, matiza la ginecóloga de EVA, la prematuridad y los riesgos derivados de una edad más avanzada sí pueden llevar consigo problemas de salud para el niño.

En el otro lado, y en cuanto a la crianza, se dan ventajas notables para el hijo: una madre más madura emocional y psicológicamente, con mayor estabilidad económica y más recursos. Estos últimos aspectos son fundamentales y a ellos se achaca el retraso de la maternidad en nuestro país. De hecho, España lidera el ranking de las llamadas madres añosas, situándose a la cabeza de los países europeos en madres de 40 y más. Según un estudio publicado por Funcas, la proporción de nacimientos de madres de estas edades se ha multiplicado por seis entre 1993 y 2021, al pasar del 1´8% al 10% .

El informe destaca a Galicia como la comunidad autónoma donde las mujeres esperan más para quedarse embarazada. A los ya conocidos motivos de inestabilidad económica y a los cambios socioculturales en relación a la pareja y la formación de una familia, se uniría, según esta fundación, el creciente descontento con el sistema sanitario de nuestro país.

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