Una gran parte de los bebés nace con alguna mancha de nacimiento, que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo según el tipo que sea.
Las manchas de nacimiento son muy habituales y pueden darse en cualquier bebé, sin que signifique que hay un problema en la piel ni en ningún otro lugar. Estas manchas se dan en partes de la piel que sufren alteraciones, y no siempre se tienen ya al nacer, a veces surgen en los primeros meses de vida.
Hay muchísimas personas que tienen estas manchas, algunas las conservan toda la vida y en otras ocasiones desaparecen con el paso del tiempo. Hay muchos tipos de manchas, en diversos tamaños, algunas tan pequeñas que apenas se perciben, y otras bastante grandes, tanto como para resultar muy molestas, especialmente si son en lugares que no se suelen llevar cubiertos.
¿Qué tipos de manchas de nacimiento hay?
Manchas color café con leche
Son muy habituales y se llaman así porque son lisas y tienen un color muy similar al que resulta al hacerte un café con leche. Puede aparecer solo una o bien varias a la vez, y normalmente se van haciendo más pequeñas a medida que crece el niño, por lo que llega un momento en que desaparecen.
Cuando las manchas están en grupos de seis o más, puede ser señal de que el niño tiene un desorden genético llamado neurofibromatosis, y en algunos casos también dificultades de aprendizaje.
Manchas de fresa
Son las más habituales, tanto que suelen aparecer en el 70% de los bebés, y se suelen conocer como «antojos». Aunque se diga que sale si la madre come muchas fresas en el embarazo, no es para nada cierto, ya que yo me comí kilos y kilos y mi hija no tuvo ni una manchita de ningún tipo. Son manchas vasculares planas y con un color rojizo o salmón. Las zonas en las que suelen aparecer son el cuello, los labios, la frente o los párpados.
Manchas mongólicas
En esta caso son manchas grisáceas o azuladas, habituales especialmente en bebés asiáticos, nativos americanos y africanos del este. Aparecen en las nalgas o en la espalda y suelen desaparecer con el paso de los años, aunque siempre queda algún pequeño resto.
Manchas de vino de Oporto
Su nombre resulta muy curioso, pero es cierto que su color es igualito al del típico vino de Oporto, un color berenjena o rosa pálido muy característico. Aparecen en el cuero cabelludo o en la cara. La duración de estas manchas es impredecible, ya que tanto pueden desaparecer con el niño como hacerse más grandes cuando crece.
Suponen un problema si están cerca del ojo o en la mejilla, ya que en algunas ocasiones se asocian a trastornos oculares, convulsiones o retrasos en el desarrollo.
Lunares
Si examinamos a cada persona, yo creo que casi todos tenemos un lunar en alguna parte de nuestro cuerpo, por pequeño que sea. Son células pigmentadas que pueden tener diversos tamaños y tonos, y en algunos casos hasta pueden tener pelos. Pueden ser de nacimiento o bien aparecer en los primeros años.
Cuando los lunares son particularmente grandes y están ya al nacer, hay riesgo de que se conviertan en cancerosos con el paso del tiempo, incluso pueden tardar varios años.
Hemangioma
Las últimas de las que hablaré pueden ser grandes o muy pequeñitas, y son manchas rugosas que aparecen especialmente en niñas, bebés prematuros y partos múltiples. Suelen estar en la cabeza y el cuello, y pueden crecer rápidamente hasta hacerse realmente enormes. Muchas aparecen sin que quede el mínimo rastro mientras que otras pueden causar cambios permanentes en la piel.
Los hemangiomas grandes pueden afectar a la vista, la alimentación y hasta la respiración, dependiendo de en dónde estén ubicados. También es un problema si crecen internamente, ya que puede ser un riesgo para la salud de algún órgano.
¿Requieren atención médica?
Los especialistas coinciden en que la mayoría de las manchas son inofensivas y desaparecen pos sí solas en los primeros años de vida, pero hay excepciones. En algunos casos, el niño puede requerir un tratamiento para eliminar la mancha, ya que, como hemos visto anteriormente, pueden suponer un riesgo para la salud del niño.
Si las manchas de nacimiento están en la parte inferior de la columna, pueden extenderse bajo la piel y afectar al riego sanguíneo o los nervios. Es por eso que, ante cualquier mancha, lo hables con un especialista. Si ya la detectas al nacer, en el mismo hospital se lo puedes comentar al personal que te atiende. Si no te das cuenta hasta más tarde, lleva al bebé al pediatra para que revise la mancha y así evitar riesgos por no prestarle atención.