Mi bebé tiene una hernia

hernia umbilical

No es grave ni requiere tratamiento. Pero eso sí, conviene no perderla de vista hasta que desparezca. Una hernia surge cuando una pequeña porción del intestino sobresale a través de una zona de los músculos abdominales. En los niños, la más común es la hernia umbilical, es decir, la que aparece alrededor del ombligo. La padecen con mayor frecuencia los bebés prematuros, los que nacen con bajo peso y los que tienen antecedentes familiares.

Mientras el bebé está en el útero hay una pequeña abertura en sus músculos abdominales para que el cordón umbilical pueda conectarse con la placenta. Tras nacer, esta cobertura del anillo muscular del ombligo se cierra progresivamente en pocas semanas. Pero algunas veces, los músculos no se juntan por completo y un tramo del intestino sobresale por este orificio.

Cómo detectarla: Si tu hijo tiene una hernia notarás un bulto que sobresale debajo de la piel en la zona del ombligo, como si la «empujara» hacia afuera. Suele ser más perceptible cuando el bebé hace un esfuerzo, al llorar o toser, y disminuye o desaparece cuando se tranquiliza. Además es blandito; entra y sale con facilidad. Tu pediatra te lo confirmará.

Dudas frecuentes sobre la hernia en los bebés:

1- Una vez curada, puede volver a salir: No es frecuente que ocurra. Tanto si se ha cerrado espontáneamente, como si se ha curado mediante una intervención quirúrgica, es muy improbable que una hernia umbilical vuelva a aparecer.

2- Se puede hacer algo para prevenirla: No. Son congénitas y se producen desde los primeros días de vida. Además se desaconseja formalmente comprimir la hernia umbilical con una faja, esparadrapos o vendas para que se cure antes. No está demostrado que estas técnicas sirvan para algo y, por otra parte, tienen la capacidad de irritar la piel del bebé.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio