Reaccionar a las frustraciones haciéndose pis es una respuesta inmadura, pero si el niño ronda los dos años es inmaduro por definición. A esa edad, los pequeños soportan mal los pequeños fracasos, los no, los límites, y cada pequeño tiene su modo de actuar. En estos casos, no conviene que el niño vea que el hecho que se haga pis encima desquicia a sus padres, porque entonces se sentirá en posesión de un arma muy poderosa.
Si por comodidad ellos quieren volver a ponerle los pañales por un tiempo, no existe inconveniente.Hay que tratar de tomarlo como algo normal, ser prácticos y no dejar que la relación con el pequeño se centre en ese tema, ni se convierta en una batalla en torno del hacerse o no hacerse pis o caca. El tiempo y su propia maduración irán normalizando la situación.
En este caso siempre hay que eliminar que los pequeños estén pasando por un problema importante cómo: la llegada de un hermanito, problemas familiares (peleas, separaciones…), fallecimiento de alguien muy cercano y muy querido….., sin duda que es la forma de llamar la atención y demostrar sus sentimiento.