La neofobia alimentaria infantil es una reacción natural a probar alimentos desconocidos. Ese miedo y rechazo a probar alimentos nuevos viene de un reflejo primitivo de protección y afecta generalmente a los niños de 2 a 6 años.
Los niños que experimentan neofobia alimentaria presentan signos de angustia y ansiedad y este comportamiento puede llegar a ser habitual en la edad adulta.
Estudios recientes han encontrado que alrededor de dos tercios de la neofobia alimentaria está determinada genéticamente. Es posible que tu hijo haya heredado una preferencia por los alimentos dulces.
La renuencia a probar nuevos alimentos puede haber sido adaptativa para nuestros antepasados prehistóricos, ya que las sustancias de sabor dulce rara vez son venenosas, pero las sustancias que tienen un sabor amargo o agrio tal vez lo fueran.
Causas de la neofobia alimentaria
Tiene su origen en nuestra propia evolución y es un mecanismo de defensa. Evitamos de manera inconsciente comer alimentos nuevos que pudieran suponer un riesgo para nuestra salud por ser venenosos.
Lo cual es algo frecuente entre los alimentos de origen vegetal, tengamos en cuenta que nuestras papilas gustativas hacen que de forma innata tengamos preferencia por los sabores dulces y rechacemos los amargos, agrios o ácidos, especialmente característicos de las verduras.
Otra causa frecuente en la neofobia es haber experimentado algo negativo como atragantamiento o haberse encontrado enfermo luego de la ingesta, lo que produce un rechazo inmediato del alimento cuando volvemos a comerlo.
¿Cómo ayudar a un niño que tiene neofobia alimentaria?
- Ayudar a un niño a superar su renuencia a probar nuevos alimentos requiere paciencia. Pueden ser necesarias entre 10 y 15 repeticiones tranquilas antes de que el niño pruebe la comida.
- La presión de los padres suele ser contraproducente. Si un niño experimenta la exasperación de mamá y papá, el estrés se asocia con la comida, por lo que es más probable que continúe rechazándola.
- Los padres y cuidadores deben ayudar a los niños a superar su incertidumbre natural y alentarlos a probar y comer nuevos alimentos.
Consejos para los padres para prevenir la neofobia alimentaria
Tómate tu tiempo
Pueden pasar entre 15 y 20 exposiciones de alimentos antes de que un niño esté dispuesto a llevarse un nuevo alimento a la boca. Trata de no apresurar este proceso. Sigue ofreciendo la comida y no te rindas antes de haber ofrecido la comida al menos 20 veces.
Ofrécele alimentos en diferentes formas
Piensa en la forma en que estás ofreciendo un alimento. Los alimentos se pueden preparar y ofrecer de diferentes maneras y es posible que a un niño no le guste un alimento ofrecido en una forma, pero que le guste si se lo ofreces de otra manera.
Por ejemplo, las zanahorias se pueden ofrecer cocidas con una comida o crudas como refrigerio, ya sea cortadas en palitos o ralladas.
Relaja la presión
No presiones al niño para que pruebe un alimento si no está listo para hacerlo. La coacción puede provocar otros problemas.
Reconocimiento
Trata de reconocer cuando el niño ha progresado. Por ejemplo, elogia a tu hijo cuando coma un vegetal que anteriormente rechazó, incluso si solo come una pequeña cantidad. Tampoco lo presiones para que termine toda la porción.
Es importante ser creativos
Las actividades que se basan en aprender y cultivar alimentos, cocinar, jugar desordenadamente, leer o cantar canciones sobre alimentos son excelentes formas de ayudar a introducir un alimento en el mundo de un niño.
Tienes que ser un modelo a seguir
Recuerda que los niños son grandes imitadores, si te ve comiendo determinados alimentos, es probable que se interese y tenga ganas de hacerlo. Los niños necesitan un modelo a seguir mucho ánimo de los padres para probar nuevos alimentos.
Acostúmbralo a comer alimentos crudos
Muéstrale para que aprecie los colores, los olores y las formas de las verduras. Enséñale a identificar diferentes frutas y verduras y pregúntale cuál es la que más le gustaría probar.
Importante
La neofobia alimentaria infantil suele ser una etapa de transición en el comportamiento del niño, pero es bueno que se pueda superar de forma rápida y sin dolor.
Además , la niñez es una época de rápido desarrollo espiritual y físico y los hábitos alimenticios del niño se forman en este momento.
Exponer a un niño repetidamente a una variedad de alimentos nuevos desde una edad temprana y ser siempre paciente y persistente en lugar de presionarlo, es la clave para ayudarlo a desarrollar una dieta equilibrada y variada. Algo que es fundamental para que tenga una buena salud y calidad de vida.
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