A partir de los dos años los niños empiezan a ser más autónomos en su aseo diario. Lavarse las manos, la carita y los dientes, y comenzar a usar el inodoro, entre otras cosas, son tareas que deben empezar a incluirse en sus rutinas diarias. Ahora es el momento de inculcarles unos hábitos de higiene que le ayuden a crecer sano y fuerte.
Te proponemos tres calves para que te resulta más fácil:
1. La higiene es divertida. Fija unas rutinas diarias de higiene, y haz que las tareas de limpieza personal sean una actividad divertida y atractiva. Es importante que las primeras rutinas sean muy simples, y que eleves el nivel de dificultad poco a poco. Eso, sí la diversión no debe disminuir.
2. Tú eres su mejor ejemplo: A los dos años, los niños procuran repetir lo que ven con toda la fidelidad de la que son capaces. Por eso es muy importante que prediques con el ejemplo. Deja que tus hijos vean como te lavas las manos antes de sentarte a la mesa, y cómo te cepillas los dientes después de cada comida. Si tú lo haces, ellos seguro que te imitarán.
3. Explícales por qué es importante: Son demasiados pequeños para que entiendan qué son los gérmenes, los virus y las bacterias, pero seguro que les será más fácil comprender que el monstruo-bacteria es un bichito malo y que el super-jabón lo elimina para que no nos pongamos malitos.