Para las mujeres que todavía no han dado a luz constituyen todo un misterio. Una de las grandes incógnitas es: «¿sabré identificar las contracciones?». Y la respuesta es: «por supuesto que sí». No obstante, es muy importante saber por lo menos algo sobre ellas antes de que llegue el gran día.
Antes del parto, ya ha habido contracciones en el útero, como en cualquier músculo cuyas fibras además van aumentando en tamaño y número. Sólo recordar que el útero, que en estado normal pesa alrededor de 60 gramos, al final del embarazo puede rondar 1kg. Estas son las contracciones que llamamos de embarazo que aparecen alrededor de quince veces durante el día, no duelen y no dilatan el orificio uterino.
Además están las contracciones de Braxton-Hicks (a partir de la semana 36 de embarazo y más cerca del parto), que algunas mujeres sienten como tirones o algo más doloroso (parecido a los dolores menstruales). Estas contracciones van ablandando y acortando el cuello del útero y empujan al bebé hacia la pelvis, para cuando se inicie la dilatación de parto, de ahí que se haga visible el descenso de la tripa al final del embarazo. Este proceso es lo que se denomina maduración cervical, es decir, que el cuello está en buenas condiciones para iniciar la fase de dilatación.
Pero llegado el momento del parto, el útero empieza su verdadera actividad contráctil, contrae y relaja alternativa e intensamente, para conseguir la dilatación del cuello y ayudar al bebé en su descenso hacia el exterior. La misión del útero no termina con la expulsión fetal, aún queda el alumbramiento, mediante otras contracciones tras la expulsión del bebé, se consigue despegar la placenta y además, que se cierren los vasos sanguíneos del lugar en el que ésta estuvo insertada, gracias al cruce de las fibras que taponarán esos vasos sangrantes, este fenómeno se conoce con el nombre de ligadura viviente de Pinard.
Si el parto no empieza con las contracciones, sino con la rotura de la bolsa amniótica, deberías ir al hospital, aunque si el embarazo es a término y el líquido es claro, no hay urgencia. ¿Pero cómo son las contracciones?. Algunas mujeres dicen que se pueden aguantar, otras mujeres no las soportan e intentan aliviar el dolor con algún analgésico.
Claro que todo también depende de la duración del parto: la preparación y disposición anímica de la mujer frente al dolor y la idea que se haya formado del mismo. ¿La mujer ya está muy cansada y necesita algo de tiempo para descansar? ¿O ya está en una fase tan avanzada del parto, que no merece la pena usar analgésicos? Quizás sea suficiente cambiar la posición de parto, para hacer la situación algo más soportable. No te preocupes, durante el parto estarás en buenas manos, la matrona y el médico harán todo lo posible para que todo salga bien.