El cojín de lactancia se utiliza para proporcionar una postura más adecuada al bebé a la hora de amamantar. Sea cual sea la postura elegida para dar el pecho, es importante que el bebé succione correctamente. Con la boca abierta, lengua debajo del pezón y con la barbilla tocando el pecho.
El labio inferior tiene que estar bien doblado hacia abajo. Aunque nos parezca lo contrario, el bebé puede respirar por la nariz aunque tenga el rostro pegado al pecho. La mamá tiene que tener la espalda recta, no encorvada acercando el pecho al niño sino al revés. Bien apoyada, con los músculos relajados, sin tensiones ni esfuerzos antes de colocar al bebé en el pecho.
Sobre todo en las primeras semanas se ocupa una gran parte del tiempo en amamantar, por eso es recomendable tener a mano todo lo que se pueda necesitar, como por ejemplo pañuelitos, agua, el teléfono, gasas, pañales, etc…
La experiencia de una lactancia sin problemas es mucho más bonita y satisfactoria tanto para la mamá como para el bebé. Durante el embarazo también se puede utilizar un cojín de lactancia para el descanso y posturas relajantes, sobre todo en los tres últimos meses. Tanto sentada como acostada. Disminuye el dolor de espalda y órganos internos. Alivia molestias lumbares. Elimina la presión abdominal y minimiza las contracciones. También es ideal para encontrar posturas en el descanso y sueño y para practicar posiciones de pre-parto en la primera etapa del parto.
Pero ¿cuáles son las posturas más adecuadas para el parto?
Recostada de lado: se puede sostener la pierna y el brazo de arriba encima del cojín. Apoyando también la cabeza. Cojín por delante. Es una postura de descarga para el abdomen y para el bebé. Para descansar de lado con comodidad. Relaja caderas y entrepiernas.
De espalda semigirada: con el cojín desde la cabeza hacia la espalda y apoyando la pierna que quedaría más alta. Cojín por detrás.
Acostada de espaldas: apoyar las piernas sobre el cojín. Así quedan más elevadas que el cuerpo. Alivia las estructuras de la columna vertebral. Ayuda a la circulación sanguínea.
Sentada: con el cojín rodeando la cintura por debajo de los brazos.
Tumbada: con el cojín en forma de U apoyando la cabeza, los hombros y brazos.
Sentada en una silla mirando hacia el respaldo con el cojín pasado por delante de la barriga hacia los riñones. Relaja la espalda y contiene la barriga.
En la lactancia, el cojín sirve para:
-Prevenir grietas en los pezones por posiciones incorrectas. Recuerda que hay que acercar el niño al pecho, no el pecho al niño.
-Ayuda a adoptar diferentes posiciones al amamantar y ayuda así al vaciado evitando mastitis.
-Para una posición natural y agradable mientras le das pecho o biberón.
-Cuidando el cuello y el brazo, ya que no tienes que cargar el peso del niño.
-Cuidando la espalda ya que al tener el bebé más elevado no tienes que inclinarte.
-Se utiliza tanto en la lactancia materna como con biberón. Ya que la finalidad es el tener la espalda y hombros en posición relajada.
Y por supuesto también lo pueden utilizar los papás, para dar el biberón o simplemente tenerlo en brazos y evitar contracturas.