No es que esté totalmente contraindicado comer y, si el parto se desarrolla bien, la embarazada debería tomar agua o caldo, por lo menos. Pero se debe evitar cualquier tipo de alimento sólido o líquido porque nunca se puede estar seguro de que no necesitará anestesia. Cuando una persona está anestesiada puede regurgitar y asfixiarse al pasar el contenido del estómago a los bronquios. La alternativa es administrar agua y las calorías que sean necesarias para el parto a través del suero.