Con todas las posibilidades que ofrece Internet y los móviles para mandar felicitaciones navideñas a ultima hora, las postales tradicionales pasan actualmente por un momento de crisis. Nosotros sin embargo, apostamos por este tipo de felicitación. ¿Por qué no elaboras postales tradicionales de Navidad con tus hijos y se las mandas a los familiares y amigos más especiales? Aún estás a tiempo. No tienes por qué ser especialmente habilidosa. A continuación te damos un par de ideas sencillas.
A partir de los 2 ó 3 años a tus hijos les fascinará la posibilidad de sentarse a hacer cualquier cosa mano a mano contigo. Las felicitaciones navideñas te ofrecen la posibilidad de hablar con tus hijos sobre aquellas personas que más queréis así como de pensar en las cosas concretas por las que te apetece darles las gracias. Podéis ir juntos a mandarlas por correo y verlas adornando la entrada o el comedor de la familia a la que la hayáis enviado. Estos días son suficientes para que ellos vean el procesos completo, por el que sentirán mucha curiosidad. Ya verás.
En definitiva es una actividad que conjuga de un modo sencillo lo creativo y lo educativo. Además no necesitas ningún material que habitualmente no tengamos en casa, ni tener una habilidad especial para las manualidades.
Lo más importante es que escojas un motivo sencillo para decorar la postal. Porque los niños se cansan rápido de hacer este tipo de actividades y se frustran con facilidad, si lo que nos proponemos es excesivamente complicado para ellos.
En esta foto tienes un par de motivos sencillos; fáciles y rápidos de crear. Basta con que tengas las piezas del árbol recortadas previamente con el papel que tengas a mano. Puedes probar incluso con papel de periódico. Y en el primer caso, en el que lo hemos utilizado washi tape; ni eso. Haz tú primero una de muestra para que tu hijo vea cómo lo haces e inmediatamente anímale a él. Ve pasándole los trocitos de estos celos de colores y oriéntale a la hora de pegarlo. Hacer tus felicitaciones de Navidad no te llevará ni un minuto.
A tus hijos les encantará pasar ese rato contigo y tus familiares y amigos se sorprenderán ante un detalle sencillo, pero personalizado y cargado de cariño. Un regalo perfecto para Navidad.