Los tacatás son aparatos con ruedas y asiento regulable en altura; además, hoy en día, incorporan una bandeja de actividades para que los niños se entretengan jugando.
La mayoría de los especialistas y entendidos los desaconsejan ya que opinan que pueden entorpecer el correcto desarrollo motriz del niño.
Nota: aún con el tacatá deberemos extremar la precaución ya que existe riesgo de caídas.
Tenemos que tener presente que los bebés no necesitan de ningún aparato para aprender a caminar. Gatean, se ponen de pie y andan cuando su aparato locomotor y su cerebro han alcanzado suficiente madurez.
Así pues, ¿por qué pretender acelerar este proceso?
El tacatá puede impedir que el niño fortalezca los músculos de las piernas y brazos (que utiliza cuando se cae y se levanta por sí solo).
Algunas alternativas más seguras son el correpasillos: con un asa para empujar; el corralito (también denominado «parque»): si lo que se pretende es que el bebé esté seguro sin pasar en él mucho tiempo; las correas o arneses: utilizadas cuando el bebé ya camina; o, el saltador: para colgar en el marco de la puerta.