Suele ser una señal inequívoca de que el trabajo de parto ya ha empezado, aunque en un 10% de los casos la rotura de las bolsa de líquuido amniótico sucede antes de que se inicien las contracciones. Te contamos cómo reaccionar en este caso.
Cómo lo sabrás: los síntomas son muy claros. Comenzarása perder un líquido cálido, poco a poco o grandes cantidades, como si te hubieses
orinado, pero el olor de este líquido es muy distinto a la orina, es más dulzón y la cantidad es mayor, aunque eso depende de la posición en la que te encuentres y, también, de la del bebé: a veces su cabeza puede hacer de tapón y lo que se produce es un goteo intermitente. En ningún caso sentirás dolor; si lo notaras sería a causa de las contracciones.
Fíjate en el color: Es muy importante que observes el color del fluido que has expulsado, ya que te informará de la salud de tu bebé o de tus bebés si esperas gemelos o más.
1. Si las aguas son hiripias, incoloras o blanquecinas: puedes estar tranquila porque el feto se encuentra bien, aunque es conveniente que te prepares para acudir al hospital cuanto antes para ser explorada y evitar complicaciones, como un prolapso del cordón umbilical, por ejemplo.
2. Si el color es pajizo y algo sanguínolento tampoco hay por qué alarmarse, ya que seguramente también habrás expulsado el tapón mucoso, un flujo espeso y gelatinoso que cierra el cuello del útero para proteger al bebé de posibles infecciones.
3. El tono verdoso o negruzco, por el contrario, indica que las aguas contienen meconio, las primeras heces del feto que en condiciones de hipoxia, o falta de oxigenación, pasan al líquido amniótico tiñéndolo de color amarillo verdoso. Eso te alertará de que existe sufrimiento fetal y te avisará, además, del riesgo de que este meconio pueda ser tragado por el bebé, ocasionando problemas infeccioso-respiratorios serios. En este caso el traslado al hospital debe ser inmediato. Allí, y según las condiciones en que te presentes, se procederá a finalizar el parto o a practicarte una cesárea urgente.