Ser madre en España penaliza tanto que el deseo de tener hijos languidece entre las españolas. Ni instintos ni relojes biológicos marcan la tendencia, que es la misma de casi todos los países desarrollados: a más estudios, más trabajo, mayor retraso en la maternidad y menos hijos en total.
Los datos no pueden ser más contundentes: el 42,6% de las mujeres españolas de entre 20 y 44 años no han tenido ningún hijo aún. Y de esas, un 19,4% afirma que no quiere tenerlos. La incertidumbre personal y la falta de confianza en el futuro son las causas más esgrimidas. Pasados los 35, es la edad el principal argumento para renunciar al embarazo.
Las que deciden, tienen su primer hijo hacia los 31 años, una de las medias más altas de Europa. Dos es el número ideal de hijos, pero la media se sitúa en 1,37 su valor más alto desde 1991. ¿La explicación? Los nacimientos de madre extranjera, que ya supone el 16,46 % del total, frente al 15,07% del año 2005 y el 13,78 del año 2004.
Motivos sobrados: Un 60% de las mujeres considera la maternidad un obstáculo para su carrera profesional. Y un 28% afirma que la crianza de los hijos ha limitado sus oportunidades de promoción laboral, un porcentaje que sube hasta casi un 32% en edades clave tanto para tener hijos como para ascender en la empresa, de los 30 a lo 39 años. Un 16.8% abandona para siempre su empleo después de tener niños.
Las madres trabajadoras dedican una media de 66 minutos al día al cuidado de los hijos menores de 17 años, los padres, 30 minutos. Los hombres españoles e italianos son los que menos tiempo dedican al día a las tareas domésticas en la Unión Europea (una hora y 37 minutos y una hora y 35 minutos, respectivamente), la cuarta parte del tiempo que consagran las mujeres (cuatro horas y 55 minutos y cinco horas y 20 minutos, respectivamente).