En el verano aparecen por casa multitud de bichos como hormigas, mosquitos o cucarachas y solemos matarlos con insecticidas. Si estás embarazada deberás tener cuidado con utilizar insecticidas ya que podría ser peligroso para la salud del feto. El embarazo y la infancia son los periodos de mayor vulnerabilidad al uso de insecticidas domésticos. Las exposiciones durante el embarazo o la infancia se han relacionado negativamente con el crecimiento fetal y efectos neurológicos, así como con una mayor incidencia de la leucemia infantil. Estas conclusiones las han sacado un grupo de investigadores españoles que han estudiado el caso de varias mujeres. Este estudio ha sido publicado en ‘Science of the Total Environment’.
No se recomienda usar ese tipo de aerosoles porque los químicos que contienen son tóxicos e incluso potencialmente dañinos, en grandes cantidades. Los fetos y los niños son especialmente vulnerables a la exposición a plaguicidas debido a que sus mecanismos de detoxificación no están totalmente desarrollados y a su inmadurez inmunológica. Las principales formas de exposición a estas sustancias son la inhalación, el contacto dérmico y la ingestión no intencional. En bebés y niños la ingestión de polvo contaminado de la casa representa la vía más importante de exposición a plaguicidas residenciales.
Muchas mujeres tienden a pasar por alto el tiempo que permanecen expuestas, a diario, a los químicos presentes en los agentes limpiadores domésticos. Debido a que frecuentemente usamos desinfectantes o lejías en nuestros hogares, es sumamente fácil olvidarse de que esas substancias pueden llegar a ser tóxicas. Lo mejor es no utilizar estos productos que son peligrosos para el feto.