Toxoplasmosis y embarazo

toxoplasmosis

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por un protozoo parásito llamado toxoplasma gondii. La toxoplasmosis puede causar infecciones leves y asintomáticas, así como infecciones mortales que afectan mayormente al feto, ocasionando la llamada toxoplasmosis congénita. También puede revestir gravedad cuando afecta a recién nacidos, ancianos y personas vulnerables por su condición de déficit de inmunidad. La enfermedad es considerada una zoonosis, lo que significa que se transmite habitualmente desde los animales a los seres humanos a través de diferentes vías de contagio, siendo el gato el animal que con más frecuencia transmita la enfermedad.

La fuente por la cual entra el parásito en los humanos con mayor frecuencia es a través de los alimentos contaminados: la carne poco cocinada y las frutas y verduras mal lavadas. Una persona que consume frecuentemente verduras y frutas, puede consumirlas sin el adecuado lavado para eliminar el parásito en algún momento. También puede consumirlas siendo manipuladas por terceros sin poder supervisar si el lavado es suficiente. La última vía de contagio suele producirse entre personas que trabajan la tierra con las manos. En los suelos suele estar presente el parásito en gran cantidad. Una persona que manipule la tierra con las manos, sin ponerse guantes, puede introducir restos de tierra bajo las uñas. Pese a un lavado de manos con agua y jabón, siempre puede quedar tierra bajo las uñas. Después, si se lleva las manos a la boca, es fácil infectarse de éste parásito.

Si no te haces ningún análisis, probablemente no sabrás que tienes la infección, ya que la gran mayoría de la gente no presenta ningún síntoma. En caso de que sí tengas síntomas, los más frecuentes son: inflamación de los ganglios linfáticos del cuello sin dolor y otros síntomas por lo general leves como dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza, fiebre y posiblemente dolor de garganta o sarpullido.  A veces es posible sospechar la presencia de toxoplasmosis cuando, en una ecografía prenatal, se observan ciertas anomalías fetales. No obstante, la mayoría de los bebés infectados no muestran ninguna anormalidad.

 

 

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