La homeopatía es una terapia cada día más demandada por la sociedad. Al respetar el equilibrio natural del organismo y no tener efectos secundarios, los medicamentos homeopáticos gozan de buena aceptación entre una gran parte de la población.
Existen medicamentos homeopáticos como Sedatif, indicado para los trastornos de ansiedad y problemas asociados al sueño, es muy conocido por los usuarios de homeopatía, pero también existen otros fármacos homeopáticos que se utilizan para trastornos comunes como los resfriados, la gripe, dolor de garganta…
La seguridad de la homeopatía y el hecho de que apenas tenga efectos adversos, es lo que hace que muchas madres recurran a ella para tratar ciertos trastornos de salud en sus hijos. En invierno, son comunes los resfriados, gripes, otitis, bronquiolitis en niños pequeños, generalmente menores de 5 años, y la homeopatía resulta eficaz en cada uno de estas enfermedades, no sólo para tratarlas, sino incluso como método preventivo. Algo que resulta interesante, sobre todo, si el pequeño tiene cierta tendencia a resfriarse o algún otro miembro de la familia también es propicio a ponerse malo, ya que de este modo estaremos evitando posibles contagios.
Hay otra etapa en la época de los niños que es también crítica. Es el momento en el que salen los dientes: dolor, encías inflamadas, diarrea leve, problemas para dormir, irritación en las nalgas… los síntomas son muy variados y diversos, y esto puede agobiar en algún momento a los padres. En ocasiones aparece fiebre y aunque la tendencia es actuar en cuanto aparecen unas décimas, se considera que ésta tiene que tratarse a partir de los 38oC. No obstante, otras molestias como las irritaciones en las nalgas o problemas con el sueño, deben intentar aliviarse a su vez y en este caso la homeopatía puede intervenir también. De hecho, una encuesta reciente asegura que 9 de cada 10 madres que han usado homeopatía para sus bebés durante la dentición están satisfechas.
Pero hay más posibilidades de la homeopatía en relación con los niños. Por ejemplo, en los golpes o caídas, que suelen ser habituales en el momento que los más pequeños tienen autonomía, la homeopatía puede ser útil para calmar el dolor o las inflamaciones. Y además, en las picaduras de insectos para aliviar irritaciones, entre otras opciones.
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