Nosotros también hemos pasado por esos momentos en que querrías matar a tu hijo porque le ha mordido a su mejor amigo delante de la «mafia de las mamás», se hurga la nariz justo cuando el cámara de la boda de tu mejor amiga lo esta grabando, te monta una pataleta en pleno supermercado…. Pero, antes de cometer un gran error, te explicamos cómo debes pararte los pies y calmarte.
1. PROBLEMA: morder a otros niños
Mi hijo de dos años muerde a otros niños normalmente porque quiere coger sus juguetes. Siempre le digo que no debe morder a sus amigos, pero no me hace caso. ¡Ayudadme!
LA SOLUCIÓN:Todos los niños experimentan emociones extremas y pueden volverse muy agresivos, de hecho se trata de un mecanismo de auto-defensa; pero ellos todavía no son suficientemente maduros para controlarlo. Tu hijo está compitiendo con sus compañeros y probablemente muerde a alguno de ellos porque se siente vulnerable y trata de defenderse, afirma Ros Bennet, especialista en Psicología Infantil.
La solución es que estés cerca de tu hijo cuando juega con sus amigos y así verás que es lo que provoca que les muerda. Entonces, explícale que aunque quiera ese juguete, morder a su amigo no es la mejor manera de conseguirlo.
Puede que esto sea lo último que se te pase por la cabeza, pero una conversación calmada con tu hijo es mucho mejor que una bronca; si te escucha, te entiende, y se da cuenta de que tu entiendes que le de rabia cuando las cosas no suceden como el quiere que sucedan, probablemente se lo pensará
2. EL PROBLEMA: meter el dedo en la nariz en busca de tesoros
Si me diesen un euro cada vez que veo a mi hijo meterse el dedo en la nariz o metiéndose en la boca lo que sea que haya encontrado en su nariz, sería rica. Le digo que yo no hago esas cosas, así que él tampoco debe hacerlas, pero no me escucha. ¿Debería preocuparme?
LA SOLUCIÓN: Hurgarse la nariz es algo por lo que pasan todos los niños (¡hasta algunos adultos siguen haciéndolo!).
Cuanto más intentes que deje de hacerlo, más lo va a hacer. Todos los niños experimentan, y para él, esto no es más que otro descubrimiento. Lo mejor que puedes hacer es ignorarlo. Sobre todo, intenta calmarte y no dramatizar; intenta hacer cosas con ella como un puzzle o algún juego, y así dejará de hurgarse la nariz, ¡te lo aseguro! No conozco a ningún niño que prefiera hurgarse la nariz a divertirse jugando con mamá. Si te saca de quicio que lo haga, ponte firme y dile: ¡Deja ya de hacerlo¡. Luego, haz que se distraiga con otra cosa o seguirá con lo suyo cuando te des vuelta.