Los pies de los bebés

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¿CÓMO SON LOS PIES DE LOS BEBÉS?

Casi todos los bebés tienen los pies planos antes de los dos años. Pero esto no significa que vayan a seguir teniéndolos en la pubertad y en la edad adulta. En la mayoría de los casos, adquieren el arco plantar a medida que crecen y se va desarrollando su musculatura. Sólo un pequeño porcentaje necesita tratamiento, con plantillas o cirugía, por una mala posición congénita de algunos huesos del pie o también por una mala postura en el período de gestación.

¿QUÉ DEBEMOS VIGILAR EN SUS PIES?

Lo fundamental para evaluar si la forma de sus pies es normal es que no sean rígidos. Si los pone hacia adentro o hacia afuera, generalmente no se debe a un defecto del pie, sino a una rotación de los huesos inferiores de las piernas (de la tibia) o de las articulaciones de la cadera.

En estos casos, el fémur está girando sobre sí mismo, y la cabeza de este hueso se orienta hacia adelante, de tal forma que el pequeño gira la extremidad y camina con la punta de los pies hacia adentro para adquirir una mayor estabilidad. Pero, a medida que va creciendo, el hueso se va colocando en su posición.

A algunos bebés les da por caminar de puntillas o sobre los talones, pero no es lo mismo que lo hagan de vez en cuando o rutinariamente. En el primer caso, suele tratarse de una costumbre que desaparece con el tiempo. Si puede flexionar el pie hacia la planta y hacia el dorso, significa que tiene una movilidad completa y no es ningún problema.

Algunos pequeños defectos de sus pies pueden necesitar tratamiento, aunque no se trate de malformaciones serias. Las más frecuentes, además del pie plano, suelen ser un excesivo arco plantar o una desviación en el eje longitudinal, que hace que el pie se meta hacia adentro y tenga forma de haba. Otro problema que puede darse es la aparición de pequeñas desviaciones de los dedos, que tienden entonces a encimarse. Por lo general se corrigen solas.

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