El endometrio es el tejido que reviste el interior del útero todos los meses para permitir la anidación del óvulo fecundado. Si no ha tenido lugar la fecundación, éste será expulsado mediante la menstruación. Sin embargo, algunas veces este tejido endometrial crece y se desarrolla fuera del útero, sobre todo, en la cavidad pélvica: en los ovarios, detrás del útero, en los ligamentos uterinos, en la vejiga urinaria o en el intestino; entonces se produce una endometriosis.
Cuando este tejido endometrial crece, tienen lugar unos bultos llamados tumores o implantes, que la mayoría de las veces son benignos.
Los implantes de la endometriosis están influídos por el ciclo menstrual, de modo que, en cada menstruación los tumores endometriósicos también sangran, sin posibilidad de que la sangre se expulse al exterior, desarrollando una inflamación y tejidos cicatriciales o fibrosis, que ocasionan posteriormente obstrucción intestinal, sangrado digestivo y trastornos miccionales.
Esta es una enfermedad bastante habitual que puede afectar a cualquier mujer en etapa fértil, desde la menarquia hasta la menopausia. Podemos afirmar que, según estudios realizados, una de cada diez mujeres padece endometriosis y, de este 10%, casi la mitad es activa, padeciendo dolor y esterilidad en algunos casos. Comúnmente se diagnostica entre los 25 y los 40 años de edad.