• LA RINITIS ALÉRGICA ESTACIONAL: es debida a la sensibilización frente a los pólenes transportados por el aire precedente de árboles, hierbas o arbustos. La prevalencia aumenta con la edad.
• EN LA RINITIS ALÉRGICA PERENNE: el paciente sufre síntomas todo el año. Los agentes causales son generalmente alergenos a los que el niño está expuesto de forma más o menos continua, aunque la exposición pueda variar a lo largo del año. Los alergenos por inhalación en el propio hogar del paciente son los más frecuentes, entre ellos se encuentran el polvo doméstico, las plumas, los alergenos o la caspa de las mascotas y las esporas de los hongos.
En algunos niños los alimentos desencadenan síntomas de rinitis alérgica. Los síntomas consisten en estornudos frecuentes e intermitentes, frecuentemente paroxísticos, rinorrea acuosa y abundante, obstrucción nasal y picazón en la nariz, paladar, faringe y los oídos. También puede aparecer picazón, enrojecimiento y lagrimeo de los ojos.
Estos síntomas clínicos que suelen ignorarse, junto con el antecedente familiar, diferencian la rinitis alérgica de un simple resfrío al no existir síntomas anexos como fiebre, dolor de garganta, contagio o alteración del apetito. A menudo existen antecedentes personales o familiares de eccema o asma. Es importante evitar la exposición a los alergenos e irritantes posiblemente nocivos.